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Mostrando entradas de abril, 2018

S2. Capítulo II: Tensión Sexual No Resuelta

-Vale, está bien.-rio Ayla que ya iba por su segunda copa de Chardonnay- ¿Queréis saber algo divertido?-el grupo allí reunido, que incluía a Bear, a Lía y a Gabe escuchaban expectantes las palabras de Ayla (todos excepto la hermana, que seguía con la nariz pegada al teléfono)-¿Recordáis a Adam? El hombre alto que estaba conmigo cuando habéis llegado-ante el mudo asentimiento, Ayla prosiguió-pues veréis, su esposa está escribiendo para la editorial un recopilatorio de relatos eróticos, y uno de los relatos ¡es un trío conmigo y su marido! Todos estallaron en carcajadas, la sonora de risa de Gabe eclipsó la risa tímida que Bear intentaba disimular todo lo posible y la incomodidad que le provocaba hablar de aquellos temas delante de Ayla. Se habían reunido para cenar en el patio andaluz de la casa, justo bajo los porches: Teddy se había encargado de pedir pizzas al gusto de todos y había puesto a enfriar un par de botellas del vino favorito de Ayla: un Trapiche Gran Medalla de 2

Emperor's New Clothes. Una historia de Sobrenatural (Escenas I-IV)

ESCENA I: “ I WRITE SINS NOT TRAGEDYS ” La espada llameante de Ayden resplandecía a la luz de media mañana: lenguas rojas resplandecían de la afilada hoja plateada. La muchacha jadeaba a un ritmo frenético. Miró a su alrededor, era una mañana de finales de invierno, tranquila, las primeras golondrinas ya habían empezado a hacer sus nidos y la hierba que crujía bajo sus pies empezaba a teñirse de verde. Una brisa fresca le alborotó el cabello e hizo chirriar los oxidados columpios de aquel parque infantil en perdido en un pequeño pueblo del centro de Estados Unidos. El adversario de Ayden estaba tirado en el suelo, agachado a cuatro patas, luchando para incorporarse. Su pecho se agitaba nervioso, nunca lo había visto así: la muchacha dio un par de pasos hacia él, girando la espada sobre sí misma en un elegante gesto de muñeca. Estaba rodeada: ocho ángeles (en sus recipientes de ejecutivos) la envolvían a ella y a su contrincante, con sus espadas listas para atacar: su presencia