Llamé al timbre, primero segunda, como decía la nota, "¿quién es?" dijo una voz alterada por el micro del telefonillo. No me atreví a contestar, supongo que ella lo sabía y apretó el botón. Subí las escaleras hasta el primer piso y Ayla me abrió la puerta... -Profesor Landom... -susurró -Por favor, solo Henry... -¿Qué haces aquí? -No has venido a clase, ¿estás bien? -Si, si... tenía revisión con el dentista. ¿Cómo has sabido donde vivo? -Tu amiga dejó una nota encima de la mesa que "enviase los apuntes a esta dirección". Ella rió tímidamente - ¿Eso es mío?-señaló la bufanda que llevaba en la mano... -Sí, te la olvidaste el otro día en mi despacho- se la tendí y ella la cogió sin hacer más preguntas -¿Te apetece un café?- tendría que haber dicho que no, darme la vuelta e irme a mi casa como si nada hubiese pasado. Pero estaba allí, devolviéndo una bufanda a una alumna con la que solo pensaba en acostarme con ella. -Por supuesto. Sirvió dos ta...
La Grandeza nace de los Pequeños Comienzos.