Habían pasado cuatro meses desde la partida de Noah para unirse a las tropas de la reina Evelyn, para defender el derecho de su hija como heredera al trono, desde entonces, la villa de los Wildhorse no había sido la misma. Sabía de la preocupación de mis hijos por mi marido, especialmente por Robb y Theon. La lealtad de mi primogénito, su sentido de la justicia y su devoción me hacían pensar que en cualquier momento dejaría la villa para buscar al hombre que lo había criado, pues sentía que el deber de estar en primera fila de batalla era el suyo, y no de su pobre padre. Por otro lado, Theon, también sentía que el deber de unirse a las milicias era suyo por ser el único hijo biológico de Noah Wildhorse, aunque su juventud no le permitía alistarse todavía. Así que mientras mi marido peleaba por "una causa justa", pues todo el reino sabía que las intenciones de Evelyn era reinar ella utilizando de marioneta a su pobre hija, me aseguré que los chicos estuviesen ocupados para que...
La Grandeza nace de los Pequeños Comienzos.