Ayla espoleó su caballo, como Robbert le había enseñado hacer, y salió al galope por la pradera, veía como Acamar los sobrevolaba y chirriaba para llamar su atención. Montar a caballo era distinto que hacerlo en dragón, con el reptil alado tenía un vínculo más fuerte, solo había un jinete para cada dragón, en cambio una persona podía montar varios caballos y un caballo podía ser montado por varios jinetes, aún así, descubrió la conexión tan especiañ que Robb tenía con su semental castaño, al que había llamado Andévalo. Ayla se enamoró de esas bestias que corrían por las praderas, y el príncipe de Land le prestó una yegua muy tranquila, pequeña, del color de la paja, no tenía nombre, así que Robb dejó que Ayla la bautizara con el nombre que quisiese, la joven la llamó Robberta, en honor a su nuevo amigo.
Era una mañana tranquila, la joven había abandonado el campamento temprano para cabalgar a solas un poco, y cazar algún que otro conejo para el desayuno, se entretuvo más de la cuenta, no solo cazó alguna que otra flecha, sino que se detuvo a cortar unas ramas y fabricó algunas flechas a la orilla de un pequeño estanque, mientras su montura pastaba tranquilamente, Acamar estaba tumbado cerca de ella y Dzigan jugueteaba entre sus rodillas. El dragón negro llamó su atención rozándole el brazo con el morro, Ayla dejó lo que estaba haciendo y acarició a su querida montura. Pensó en como estaba creciendo, se estaba convirtiendo en un macho grande y fuerte:
-Estás creciendo muy rápido Acamar, pronto tendremos que buscarte una dragona bonita para que tengáis preciosas crías negras. Lástima que en el Continente no haya dragones, ¿sabes una cosa? Echo mucho de menos Malmö, y me pregunto constantemente como estará mi padre, ni siquiera se si está vivo. Pero me gusta estar aquí, aquí puedo ser yo misma, no soy la hija del jefe, no poseo sangre de los Antiguos Clanes, no tengo que casarme con nadie, aquí solo soy Ayla, y nada más.- Dzigan también reclamó algunos arrumacos y la joven le dedicó algunas caricias- Se que pronto tendré que marcharme, mi pueblo me necesita, pero echaré mucho de menos esto, y a Robb, echaré mucho de menos a Robb...
La tristeza había inundado su voz y el pensamiento de tener que dejar a Robbert no le permitió ver como Sadira aterrizaba junto a ella. El jinete ni siquiera se bajó de la dragona de escamas doradas y de ojos azules.
-Te necesitan con urgencias en el campamento- dijo Eloff con una voz grave y un tono muy serio.
Ayla miró el sol, ya era casi mediodía, se había entretenido más de la cuenta. Recogió sus cosas y se subió a Acamar, miró a la yegua, que pastaba tranquilamente, sabía volver sola a sus establos, así que no le preocupó dejarla pasearse un rato más.
En un instante ambos estaban en la cima de la colina que servía de campamento de los jinetes, en torno al fuego central reconoció cuatro figuras, una más de las que debería haber, también había otro dragón. Descendieron, Axel la esperaba con los brazos cruzados y el ceño fruncido...
-¿Dónde diablos has estado?-la regañó-Llevamos esperándote horas.
-Me he entretenido, ¿qué sucede?
Axel señaló el recién llegado, un hombre alto, envuelto en una manta cerca del fuego, al que Lis acercaba un tazón con algo de caldo.
-¿Tavi?-exclamó ella-¿Qué haces aquí?
Tavi Zaid era amigo íntimo de Axel y miembro del equipo de Ingrid, participó en la emboscada en la que Ayla salió gravemente herida y en la persecución donde derribaron a Lis.
-Malmö es un caos-explicó Tavi- Es una guerra constante entre los seguidores de Svend y los que quieren derrotarlo. Hermanos matando hermanos, dragones matando dragones... Pero el bando de Haakon Adger está perdiendo, no tiene un líder que les guíe, el rey está preso y muchos creen que Ayla y Ryden están muertos. La mayoría de los jinetes han optado por esconderse en los bosques del otro lado de la isla o exiliarse a islotes cercanos.
-¿Y por qué escapaste tú? Estabas en el bando de Ingrid...- preguntó Ayla muy seria.
No podía ver como Ingrid mataba a sus hermanos y me escapé, casi muero en el intento, Pendragón y sus hombres vigilan la isla con pies de plomo, nada ni nadie puede entrar o salir de Halogala sin el consentimiento de Svend o del padre de Axel. Tuve suerte y acabé en una isla vecina, donde me dijeron que en el norte del continente, en los acantilados de Theo Pike, habían visto un dragón negro, entonces supe que habíais escapado y vine a buscaros.
Axel se giró violentamente hacia Ayla.
-Hay grupos de jinetes por todas las islas vecinas. Si los reunimos a todos, podremos formar un ejército lo suficientemente fuerte para vencer a Svend. Pero debemos hacerlo ya...
-Imposible-afirmó la joven lider- Lis no está recuperada del todo y Zaniah no está lista para recorrer una distancia tan grande.
-Estamos preparadas- afirmó la muchacha de cabellos negros.
-Ayla... Debemos partir, Malmö nos necesita.-insitió Axel
-No, Malmö necesita un ejército, no a cinco jinetes novatos...
-Te necesitamos Ayla-rogó Tavi ante la sorpresa de la joven- Malmö necesita un líder que los guíe, necesita a su princesa...
-Yo no soy una princesa-dijo ella enfadada y susurrando- Debemos esperar algo más, a entrenar y ser más fuertes... Robb tiene un ejército, si conseguimos barcos, pueden ayudarnos a vencer a Svend...
-¿Así que todo esto es por él? ¿Verdad?- Axel se encaró a Ayla cruzándose de brazos- Por el estúpido Kuti que te ha conquistado con sus ojazos azules y sus caballos.
-¿De que estás hablando Axel? Robb es solo un amigo, y puede ayudarnos...
-¿Un amigo? ¡No pasas la noche en la tienda de un amigo! Es un Kuti, Ayla. Solo quiere usar a tus dragones para entrar en Malmö y proclamarse rey.
-Tu no le conoces...-se defendió ella muy seria-En ningún momento me ha hablado de sus intereses en Malmö.
-¿Y entonces por qué llevan meses acampados aquí? A orillas del mar, tan lejos de su tierra, a la espera del momento oportuno para lanzarse sobre nuestra isla...
-Cállate Axel...- dijo ella avergonzada, evitando mirarle a los ojos.
-Me has decepcionado mucho Ayla. Siempre te he admirado, eres fuerte, valiente, inteligente y una gran líder. Estaba tan orgulloso de ser tu segundo, y ahora te veo abandonar a tu pueblo por un Kuti del continente. Desobedecí a mi padre por ti, me revelé contra el rey porque creía en ti, tenia fe en ti y en que tarde o temprano volveríamos a casa y te coronarían reina de Malmö y a mi...
Ayla estaba muy avergonzada, pero no iba a dejar que ese imbécil de Axel Pendragón la humillase de esa manera delante de su equipo.
-Eres un Pendragón, aunque lo niegues, eres tan Kuti como Robb, solo piensas en casarte conmigo para ser rey de Malmö, y que tu padre forme parte del Consejo de Ancianos...
-¿Eso crees?-Axel miró a Ryden
-Mi padre prometió tu mano a Axel si aceptaba unirse a su rebelión y ser nombrado heredero si yo no tenía descendientes... Pero se negó.-explicó el primo de Ayla
-En un momento hasta a tu padre le pareció bien la idea, era una manera en la que no saldrías perjudicada de la rebelión, sabía que conmigo estarías a salvo...
-¿Por qué hiciste tal cosa? ¿Por qué no aceptaste esa oferta?
-Porque si me quiero casar contigo, Ayla Adger, es de la manera en la que lo hacían nuestros ancestros... Por amor.
-Axel...
-Ayla, te quiero, te quiero desde que éramos niños, desde que te veía empuñar un palo de madera más alto que tu y jugar a que eras la mejor jinete de Malmö. Y ahora, después de todo lo que hemos pasado juntos, me traicionas por Robbert Madden, un hijo de Land... No sabes como duele esto Ayla, que abandones a tu pueblo, a tus amigos y a mi... por ese chico del continente.
A Ayla le resbaló una lágrima por la mejilla y Axel le dio la espalda, no podía verla así. A la joven no le gustaba llorar, era una señal de debilidad, pero las duras palabras del chico Pendragón le habían llegado al alma; tenía razón: había abandonado su pueblo, pero por un motivo que ni ella no podía controlar...
-Lo amo, Axel...- susurró ella entre lágrimas. Y corrió colina abajo tan rápido como sus piernas le permitieron.
Penetró en el campamento land a todo prisa, esquivando soldados y tiendas, gimiendo y con los ojos llenos de lágrimas. Buscó la tienda de Robb, esperaba que no estuviese ocupado, necesitaba encontrar consuelo en sus brazos, pero cuando entró, se le salió el corazón del pecho... Robb besaba a una chica joven, más alta y delgada que Ayla, de tez oscura y cabellos largos y lacios, tenía el vestido a medio quitar y se le salía un seno por el escote que el príncipe sujetaba con una mano y estaba sentada en una mesa, rodeando a Robbert con sus piernas...
-Ayla-dijo él sorprendido y alejándose de la joven-¿Qué haces aquí?
-No...-negó ella para si misma y dando unos pasos atrás al ver que Robb se acercaba a ella.
La compañera de Robb se recolocó el vestido y habló en voz alta:
-¿Ayla? ¿Ella es la chica que doma dragones? ¡Me haría tanta ilusión verlo!
-Ayla, ella es Tabitah Veró, mi prometida...- dijo él con la voz atragantada.
-Tu también no, Robb, tu también no...- Ayla le empujó fuertemente y salió corriendo de la tienda, de vuelta a su campamento. Su equipo estaba empezando a empaquetar las cosas. La joven apareció como un rayo y se lanzó a los brazos de Axel, llorando, el muchacho soltó lo que tenía en las manos y la abrazó con fuerza...
-Tenías razón Axel, solo quería mis dragones, yo ne le importaba nada...
Él la meció son ternura, acariciándole la ondulada melena rubia:
-Todo está bien Ayla, ya ha pasado.- la miró a los ojos y le sujetó el rostro con ambas manos-Nos vamos a casa- le susurró antes de besarla tiernamente en le frente. Después la rodeó por los hombros y se la acercó a su cuerpo para protegerla- ¡Daos prisa, chicos!-gritó para que le escuchasen todos los jinetes.-Nos iremos al amanecer.
Aquella noche el campamento de la colina ya estaba casi recogido, los chicos se habían reunido alrededor del fuego para compartir su ultima cena en tierras continentales...
-¿Dónde está Ayla?-preguntó Lis a Axel al ver que su amiga no se encontraba con ellos.
-Ha ido a rezar al Primer Dragón para que tengamos un buen vieja, ya sabes como es Ayla con sus ritos y ceremonias...
Axel tenía razón, y Ayla se encontraba rezando en la antigua lengua de signos y palabras de Malmö, frente a un pequeño fuego encendido con la brasa de Fuego Sagrado. Se encontraba cerca del río, bajo el sauce llorón donde ella y Robb habían rezado juntos por primera vez, y donde él le había pedido que no se apartase de su lado. A la muchacha se le resbalaban las lágrimas por las mejillas, su futuro era tan incierto, pero todas las opciones se presentaban lejos de Robb Madden. Si ganaban a Svend, probablemente ella acabaría casándose con Axel y reinando juntos en Malmö, si perdían, su tío la mantendría presa, como a su padre, o la casaría con algún príncipe extranjero para crear acuerdos comerciales en favor del bolsillo de Kristian Pendragón... ¿Por qué esa maldita sangre corría por sus venas? ¿Por qué no podía ser una chica normal y corriente? ¿Por qué se había enamorado de un Kuti? ¿Por qué estaba dispuesta a dar su vida por él? Ayla era consciente de que había cambiado, tenía la sensación de haberse vuelto débil, tan dependiente del traidor de Robb que era incapaz de ver el mundo por si misma. Su padre siempre lo decía: como líder cometerás muchos errores, pero estos te enseñarán a ser un buen jefe de verdad. Ya había aprendido la lección, el amor la hacía débil y los del continente no eran más que unos traidores, interesados y mentirosos. Ya no había nada que se interpusiese entre ella y su objetivo de ser reina, nada excepto:
-Robb...
-Sabía que te encontraría aquí.- Robbert Madden había aparecido entre las lágrimas del sauce, y se había sentado a su lado
-¿Qué haces aquí?-preguntó ella evitando mirarle a los ojos, concentrando su mirada en el fuego sagrado.
-Creo que te debo una explicación.
-No me debes nada, ella es una princesa, la hija de un poderoso señor que creará una firme alianza entre vuestros reinos cuando os caséis... ¿me equivoco?
-No, en absoluto. -explicó Robb- Nos prometimos el año pasado, antes de que yo partiese hacia aquí. Su padre proporciona muchos hombres a la guerra de Land, sin ellos, no habríamos podido atravesar las tropas de Pike y establecernos aquí, para controlar los barcos que van hacia Halogala. Viene a visitarme mi madre dentro de unos días, Tabitah iba con ella, pero se ha adelantado para darme una sorpresa...
-Una gran sorpresa...
-Ayla, yo lo siento...
-No, la tonta fui yo, por creer que yo a ti... nada, déjalo...
-¿Qué te amaba? Por supuesto que te amo... Te lo dije aquí mismo, tumbados sobre unas pieles, justo allí- Robb señaló con el dedo el lugar exacto donde pasaron juntos una noche, en la que después de uno de los ritos de Ayla, hicieron el amor ocultos bajo las hojas de aquel sauce llorón- Descubrí tu tatuaje en el hombro, ese que indica que no eres de las Islas del Norte, eres de Halogala, y no solo eso, sino que te apellidas Adger, un apellido de los Antiguos Clanes y de la familia real de Malmö. Mis antepasados y los tuyos han estado siglos peleándose por tu isla... ¿Y qué hago yo? En lugar de apresarte y entregarte a mi padre, me enamoro de su princesa exiliada. Soy una deshonra para la familia...
-Si me amas... ¿Por qué la besabas en la tienda? No lo entiendo Robb.
-Se abalanzó sobre mi, no pude hacer nada... Ayla, yo te amo, al principio no lo tenía claro, pero desde ese día, en la bañera, cuando te besé... Lo tuve tan claro...- tomó sus manos entre las suyas y las besó, ella seguía sin mirarle a la cara, aunque el insistía en cruzar sus ojos con los de ella.
-Jamás debí hacer eso. Vuestra cultura es tan distinta a la nuestra... -suspiró más para ella que para él: dos corazones separados por un inmenso mar de aguas saladas
-¿De que hablas?
Ayla se ruborizó
-En mi pueblo, cuando una mujer le pregunta a un hombre si quiere que lo acompañe en una Ceremonia de Purificación significa que está interesada en él...- Robb asintió con la cabeza, comprendiendo. No compartían religión, y en Malmö, la vida religiosa era una parte muy importante de la vida de sus pobladores, y tenían presente sus creencias para todo- Y si él le propone honrar juntos al Primer Dragón después... es similar a una propuesta de matrimonio...
-Entiendo...-dijo el asintiendo y comprendiendo porque Ayla había reaccionado de aquella manera- Está bien, hagámoslo...-la joven lo miró extrañado- Comprometámonos.
-Estás loco...- ella sonrió por primera vez durante la noche. Pero la mirada de Robb expresaba que su anuncio iba totalmente en serio- Nos vamos mañana y tu estás comprometido, es una locura...
-Pues no te vayas y yo no me casaré con Tabitah...
-Mi pueblo me necesita...- se excusó ella.
-Y a mi el mío, de esta manera ayudamos a ambos, venga, recita conmigo: Yo, Robbert Madden de Land-empezó a recitar Robb en voz alta en su chapurreado dialecto continental de la lengua sagrada del pueblo de Ayla- hijo de Robbert Madden, el Segundo en su nombre y rey de Land. Todos vuestros rituales empiezan así-le sonrió él- me comprometo con esta mujer, de nombre Ayla Adger, como su fiel esposo y amante, hasta que uno de los dos sea llamado por el Primer Dragón ¿Es así, verdad?
Ella se rió.
-Más o menos...
-Venga, ahora es tu turno...
Ayla sonrió, por fin miró los enormes y persuasivos ojos azules de Robb:
-Yo, Ayla Adger de Malmö, hija de Haakon Adger de Malmö, el Primero en su nombre y rey de Malmö, juro, ante las llamas sagradas del Primer Dragón, creador de vida, que tomaré a este hombre, de nombre Robbert Madden, como mi esposo, le amaré y le seré fiel hasta el fin de nuestros días. Cuidaré de él cuando la enfermedad lo rodeé, le abrigaré con mi cuerpo si la pobreza nos acecha durante el frío invierno, le honraré dándole muchos hijos, y limpiaré su alma si comete pecado a los ojos del Creador de Vida. Lo juro por mis ancestros y por mi sangre de los Antiguos Clanes-Ayla apartó la vista del fuego y volvió a mirar al joven a los ojos- Te lo juro Robb, siempre estaré a tu lado...
Él se acercó a ella y le dio un suave beso en los labios.
-Ha sido precioso. ¿Y cuando una pareja se compromete, hacéis algo más en Malmö?
Ayla asintió:
-Normalmente se intercambian regalos- la muchacha hurgó en su riñonera y encontró el collar de plata en forma de alas de dragón que Haakon había regalado a Meritt por su compromiso. Se lo tendió a Robb- Cuando se comprometieron, mi padre regaló esto a mi madre.
-Es muy bonito...
Robb reflexionó un poco y finalmente se sacó del cuello, y oculto entre las rocas un trozo de madera tallado en forma de lobo, atado a un cordel de cuero.
-Fue un regalo de mi padre. Es un tótem de la buena suerte, el lobo es el símbolo de nuestra familia, quiero que lo tengas tú, ahora, tu también formas parte de los Madden de Land.
Ayla lo tomó entre sus dedos y se lo colgó del cuello. Después sacó de su zurrón donde llevaba todos los objetos que usaba para realizar sus ceremonias, y sacó un bote de pintura roja que calentó al fuego. Pidió a Robb que se quitara la camisa y le pintó un dragón en forma de serpiente en el pectoral izquierdo.
-Todos los Adger tenemos esta mancha de nacimiento- le mostró la suya, y él la acarició tiernamente con la yema de los dedos, ella le acarició la mano-representa la pureza de nuestra sangre, que venimos de los Antiguos Clanes, los primeros habitantes de Halogala. Ahora, tu también eres un Adger, con los mismos derechos de nacimiento, y mereces llevar esta marca.
-Gracias Ayla...
Volvieron a besarse y volvieron a hacer el amor bajo el sauce llorón, tumbados sobre una piel de oso para protegerse del frío, aunque pasaron la noche desnudos, abrazados y honrando al Primer Dragón durante la larga oscuridad.
Al amanecer se presentaron en la colina, Axel terminaba de hacer los preparativos para el viaje...
-¿Dónde te metiste anoche, Ayla? ¿Te quedaste dormida en el bosque?-Axel vio a Robb caminar detrás de la chica, sabía lo que había sucedido, pero se negaba a creerlo- ¿Qué haces aquí Kuti? ¿Vienes a despedirte?
-Sobretodo de ti, Axel- rió el otro de muy buen humor- no sabes lo que te voy a extrañar...
Pendragón le miró con asco:
-¿Estás lista, Ayla?
-Yo no me voy-dijo ella cruzando los brazos- Os vais vosotros con Tavi a reunir a todos los jinetes
que podáis y a organizar los ataques aéreos, yo me quedo aquí a esperar la visita de Lady Madden para que nos ayude a reunir los barcos que nos quedan para embarcar el ejército de Land hacia Halogala.
-¿Estás loca?-exclamó Axel-¿Quieres que conquisten nuestra isla?
-Ahora también es su isla- le defendió Ayla, Axel la miró sorprendido- Robb y yo estamos prometidos. Algún día el será mi consorte en Malmö y yo la suya en Land. No va a conquistar nuestra isla, va a ayudar a recuperar las tierras de la familia de su esposa...
-No me lo puedo creer Ayla... ¿Así es como tratas a tu pueblo? Casándote con un Kuti... Me has decepcionado de nuevo.
-Hago lo que ha hecho siempre mi pueblo, y es contraer matrimonio con la persona amada, y no la que convenga, como hacéis vosotros, los de los Nuevos Clanes... - miró a su primo-Ryden, eres el mayor experto en dragones que conozco. Confío en ti para la organización del ataque aéreo.
Ryden asintió. El muchacho hablaba poco, pero la idea de Ayla era buena, con un ejército bien entrenado tenían una posibilidad de vencer a Svend.
-Yo me quedaré aquí- dijo Eloff- ayudaré a Ayla y a Robb con los heridos que quedan.
-Debes marcharte Eloff,- le obligó Ayla- probablemente haya jinetes que necesiten más tus cuidados médicos que en el campamento.
El jinete de Sadira asintió.
-Yo si que me quedaré- afirmó Lis- Zaniah es una dragona de agua, lo mejor que encontraréis para guiar a vuestras naves.
Ayla se lo agradeció con la mirada.
-Está bien, Tavi, Eloff, Ryden y Axel partid cuanto antes y reunid a todos los jinetes que podáis en el Peñón del Diablo, al oeste de Halogala, está en el lado opuesto de Malmö, no verán llegar la flota ni a los dragones. Nos veremos allí en un mes. Sed lo más discretos que podáis, jugaremos con el factor sorpresa...
Ayla tendió la mano a Ryden, pero éste la rechazó y la abrazó con fuerza, ante el asombro de la joven...
-Ten mucho cuidado, hermana...-le susurró
-Y tú también, hermano...-respondió ella. Lo soltó y lo miró orgullosa con lágrimas en los ojos. Luego se volvió hacia Axel y le llamó por su nombre...
-Para mi estás muerta, Ayla Adger...
Y el equipo partió...
Era una mañana tranquila, la joven había abandonado el campamento temprano para cabalgar a solas un poco, y cazar algún que otro conejo para el desayuno, se entretuvo más de la cuenta, no solo cazó alguna que otra flecha, sino que se detuvo a cortar unas ramas y fabricó algunas flechas a la orilla de un pequeño estanque, mientras su montura pastaba tranquilamente, Acamar estaba tumbado cerca de ella y Dzigan jugueteaba entre sus rodillas. El dragón negro llamó su atención rozándole el brazo con el morro, Ayla dejó lo que estaba haciendo y acarició a su querida montura. Pensó en como estaba creciendo, se estaba convirtiendo en un macho grande y fuerte:
Acamar, el dragón de las tinieblas de Ayla |
-Estás creciendo muy rápido Acamar, pronto tendremos que buscarte una dragona bonita para que tengáis preciosas crías negras. Lástima que en el Continente no haya dragones, ¿sabes una cosa? Echo mucho de menos Malmö, y me pregunto constantemente como estará mi padre, ni siquiera se si está vivo. Pero me gusta estar aquí, aquí puedo ser yo misma, no soy la hija del jefe, no poseo sangre de los Antiguos Clanes, no tengo que casarme con nadie, aquí solo soy Ayla, y nada más.- Dzigan también reclamó algunos arrumacos y la joven le dedicó algunas caricias- Se que pronto tendré que marcharme, mi pueblo me necesita, pero echaré mucho de menos esto, y a Robb, echaré mucho de menos a Robb...
La tristeza había inundado su voz y el pensamiento de tener que dejar a Robbert no le permitió ver como Sadira aterrizaba junto a ella. El jinete ni siquiera se bajó de la dragona de escamas doradas y de ojos azules.
-Te necesitan con urgencias en el campamento- dijo Eloff con una voz grave y un tono muy serio.
Ayla miró el sol, ya era casi mediodía, se había entretenido más de la cuenta. Recogió sus cosas y se subió a Acamar, miró a la yegua, que pastaba tranquilamente, sabía volver sola a sus establos, así que no le preocupó dejarla pasearse un rato más.
En un instante ambos estaban en la cima de la colina que servía de campamento de los jinetes, en torno al fuego central reconoció cuatro figuras, una más de las que debería haber, también había otro dragón. Descendieron, Axel la esperaba con los brazos cruzados y el ceño fruncido...
-¿Dónde diablos has estado?-la regañó-Llevamos esperándote horas.
-Me he entretenido, ¿qué sucede?
Axel señaló el recién llegado, un hombre alto, envuelto en una manta cerca del fuego, al que Lis acercaba un tazón con algo de caldo.
-¿Tavi?-exclamó ella-¿Qué haces aquí?
Tavi Zaid era amigo íntimo de Axel y miembro del equipo de Ingrid, participó en la emboscada en la que Ayla salió gravemente herida y en la persecución donde derribaron a Lis.
-Malmö es un caos-explicó Tavi- Es una guerra constante entre los seguidores de Svend y los que quieren derrotarlo. Hermanos matando hermanos, dragones matando dragones... Pero el bando de Haakon Adger está perdiendo, no tiene un líder que les guíe, el rey está preso y muchos creen que Ayla y Ryden están muertos. La mayoría de los jinetes han optado por esconderse en los bosques del otro lado de la isla o exiliarse a islotes cercanos.
-¿Y por qué escapaste tú? Estabas en el bando de Ingrid...- preguntó Ayla muy seria.
No podía ver como Ingrid mataba a sus hermanos y me escapé, casi muero en el intento, Pendragón y sus hombres vigilan la isla con pies de plomo, nada ni nadie puede entrar o salir de Halogala sin el consentimiento de Svend o del padre de Axel. Tuve suerte y acabé en una isla vecina, donde me dijeron que en el norte del continente, en los acantilados de Theo Pike, habían visto un dragón negro, entonces supe que habíais escapado y vine a buscaros.
Axel se giró violentamente hacia Ayla.
-Hay grupos de jinetes por todas las islas vecinas. Si los reunimos a todos, podremos formar un ejército lo suficientemente fuerte para vencer a Svend. Pero debemos hacerlo ya...
-Imposible-afirmó la joven lider- Lis no está recuperada del todo y Zaniah no está lista para recorrer una distancia tan grande.
-Estamos preparadas- afirmó la muchacha de cabellos negros.
-Ayla... Debemos partir, Malmö nos necesita.-insitió Axel
-No, Malmö necesita un ejército, no a cinco jinetes novatos...
-Te necesitamos Ayla-rogó Tavi ante la sorpresa de la joven- Malmö necesita un líder que los guíe, necesita a su princesa...
-Yo no soy una princesa-dijo ella enfadada y susurrando- Debemos esperar algo más, a entrenar y ser más fuertes... Robb tiene un ejército, si conseguimos barcos, pueden ayudarnos a vencer a Svend...
-¿Así que todo esto es por él? ¿Verdad?- Axel se encaró a Ayla cruzándose de brazos- Por el estúpido Kuti que te ha conquistado con sus ojazos azules y sus caballos.
-¿De que estás hablando Axel? Robb es solo un amigo, y puede ayudarnos...
-¿Un amigo? ¡No pasas la noche en la tienda de un amigo! Es un Kuti, Ayla. Solo quiere usar a tus dragones para entrar en Malmö y proclamarse rey.
-Tu no le conoces...-se defendió ella muy seria-En ningún momento me ha hablado de sus intereses en Malmö.
-¿Y entonces por qué llevan meses acampados aquí? A orillas del mar, tan lejos de su tierra, a la espera del momento oportuno para lanzarse sobre nuestra isla...
-Cállate Axel...- dijo ella avergonzada, evitando mirarle a los ojos.
-Me has decepcionado mucho Ayla. Siempre te he admirado, eres fuerte, valiente, inteligente y una gran líder. Estaba tan orgulloso de ser tu segundo, y ahora te veo abandonar a tu pueblo por un Kuti del continente. Desobedecí a mi padre por ti, me revelé contra el rey porque creía en ti, tenia fe en ti y en que tarde o temprano volveríamos a casa y te coronarían reina de Malmö y a mi...
Ayla estaba muy avergonzada, pero no iba a dejar que ese imbécil de Axel Pendragón la humillase de esa manera delante de su equipo.
-Eres un Pendragón, aunque lo niegues, eres tan Kuti como Robb, solo piensas en casarte conmigo para ser rey de Malmö, y que tu padre forme parte del Consejo de Ancianos...
-¿Eso crees?-Axel miró a Ryden
-Mi padre prometió tu mano a Axel si aceptaba unirse a su rebelión y ser nombrado heredero si yo no tenía descendientes... Pero se negó.-explicó el primo de Ayla
-En un momento hasta a tu padre le pareció bien la idea, era una manera en la que no saldrías perjudicada de la rebelión, sabía que conmigo estarías a salvo...
-¿Por qué hiciste tal cosa? ¿Por qué no aceptaste esa oferta?
-Porque si me quiero casar contigo, Ayla Adger, es de la manera en la que lo hacían nuestros ancestros... Por amor.
-Axel...
-Ayla, te quiero, te quiero desde que éramos niños, desde que te veía empuñar un palo de madera más alto que tu y jugar a que eras la mejor jinete de Malmö. Y ahora, después de todo lo que hemos pasado juntos, me traicionas por Robbert Madden, un hijo de Land... No sabes como duele esto Ayla, que abandones a tu pueblo, a tus amigos y a mi... por ese chico del continente.
A Ayla le resbaló una lágrima por la mejilla y Axel le dio la espalda, no podía verla así. A la joven no le gustaba llorar, era una señal de debilidad, pero las duras palabras del chico Pendragón le habían llegado al alma; tenía razón: había abandonado su pueblo, pero por un motivo que ni ella no podía controlar...
-Lo amo, Axel...- susurró ella entre lágrimas. Y corrió colina abajo tan rápido como sus piernas le permitieron.
Penetró en el campamento land a todo prisa, esquivando soldados y tiendas, gimiendo y con los ojos llenos de lágrimas. Buscó la tienda de Robb, esperaba que no estuviese ocupado, necesitaba encontrar consuelo en sus brazos, pero cuando entró, se le salió el corazón del pecho... Robb besaba a una chica joven, más alta y delgada que Ayla, de tez oscura y cabellos largos y lacios, tenía el vestido a medio quitar y se le salía un seno por el escote que el príncipe sujetaba con una mano y estaba sentada en una mesa, rodeando a Robbert con sus piernas...
-Ayla-dijo él sorprendido y alejándose de la joven-¿Qué haces aquí?
-No...-negó ella para si misma y dando unos pasos atrás al ver que Robb se acercaba a ella.
La compañera de Robb se recolocó el vestido y habló en voz alta:
-¿Ayla? ¿Ella es la chica que doma dragones? ¡Me haría tanta ilusión verlo!
-Ayla, ella es Tabitah Veró, mi prometida...- dijo él con la voz atragantada.
-Tu también no, Robb, tu también no...- Ayla le empujó fuertemente y salió corriendo de la tienda, de vuelta a su campamento. Su equipo estaba empezando a empaquetar las cosas. La joven apareció como un rayo y se lanzó a los brazos de Axel, llorando, el muchacho soltó lo que tenía en las manos y la abrazó con fuerza...
-Tenías razón Axel, solo quería mis dragones, yo ne le importaba nada...
Él la meció son ternura, acariciándole la ondulada melena rubia:
-Todo está bien Ayla, ya ha pasado.- la miró a los ojos y le sujetó el rostro con ambas manos-Nos vamos a casa- le susurró antes de besarla tiernamente en le frente. Después la rodeó por los hombros y se la acercó a su cuerpo para protegerla- ¡Daos prisa, chicos!-gritó para que le escuchasen todos los jinetes.-Nos iremos al amanecer.
Aquella noche el campamento de la colina ya estaba casi recogido, los chicos se habían reunido alrededor del fuego para compartir su ultima cena en tierras continentales...
-¿Dónde está Ayla?-preguntó Lis a Axel al ver que su amiga no se encontraba con ellos.
-Ha ido a rezar al Primer Dragón para que tengamos un buen vieja, ya sabes como es Ayla con sus ritos y ceremonias...
Axel tenía razón, y Ayla se encontraba rezando en la antigua lengua de signos y palabras de Malmö, frente a un pequeño fuego encendido con la brasa de Fuego Sagrado. Se encontraba cerca del río, bajo el sauce llorón donde ella y Robb habían rezado juntos por primera vez, y donde él le había pedido que no se apartase de su lado. A la muchacha se le resbalaban las lágrimas por las mejillas, su futuro era tan incierto, pero todas las opciones se presentaban lejos de Robb Madden. Si ganaban a Svend, probablemente ella acabaría casándose con Axel y reinando juntos en Malmö, si perdían, su tío la mantendría presa, como a su padre, o la casaría con algún príncipe extranjero para crear acuerdos comerciales en favor del bolsillo de Kristian Pendragón... ¿Por qué esa maldita sangre corría por sus venas? ¿Por qué no podía ser una chica normal y corriente? ¿Por qué se había enamorado de un Kuti? ¿Por qué estaba dispuesta a dar su vida por él? Ayla era consciente de que había cambiado, tenía la sensación de haberse vuelto débil, tan dependiente del traidor de Robb que era incapaz de ver el mundo por si misma. Su padre siempre lo decía: como líder cometerás muchos errores, pero estos te enseñarán a ser un buen jefe de verdad. Ya había aprendido la lección, el amor la hacía débil y los del continente no eran más que unos traidores, interesados y mentirosos. Ya no había nada que se interpusiese entre ella y su objetivo de ser reina, nada excepto:
-Robb...
-Sabía que te encontraría aquí.- Robbert Madden había aparecido entre las lágrimas del sauce, y se había sentado a su lado
-¿Qué haces aquí?-preguntó ella evitando mirarle a los ojos, concentrando su mirada en el fuego sagrado.
-Creo que te debo una explicación.
-No me debes nada, ella es una princesa, la hija de un poderoso señor que creará una firme alianza entre vuestros reinos cuando os caséis... ¿me equivoco?
Robb Madden (Richard Madden) príncipe de Land y protector de Ayla y su equipo |
-Una gran sorpresa...
-Ayla, yo lo siento...
-No, la tonta fui yo, por creer que yo a ti... nada, déjalo...
-¿Qué te amaba? Por supuesto que te amo... Te lo dije aquí mismo, tumbados sobre unas pieles, justo allí- Robb señaló con el dedo el lugar exacto donde pasaron juntos una noche, en la que después de uno de los ritos de Ayla, hicieron el amor ocultos bajo las hojas de aquel sauce llorón- Descubrí tu tatuaje en el hombro, ese que indica que no eres de las Islas del Norte, eres de Halogala, y no solo eso, sino que te apellidas Adger, un apellido de los Antiguos Clanes y de la familia real de Malmö. Mis antepasados y los tuyos han estado siglos peleándose por tu isla... ¿Y qué hago yo? En lugar de apresarte y entregarte a mi padre, me enamoro de su princesa exiliada. Soy una deshonra para la familia...
-Si me amas... ¿Por qué la besabas en la tienda? No lo entiendo Robb.
-Se abalanzó sobre mi, no pude hacer nada... Ayla, yo te amo, al principio no lo tenía claro, pero desde ese día, en la bañera, cuando te besé... Lo tuve tan claro...- tomó sus manos entre las suyas y las besó, ella seguía sin mirarle a la cara, aunque el insistía en cruzar sus ojos con los de ella.
-Jamás debí hacer eso. Vuestra cultura es tan distinta a la nuestra... -suspiró más para ella que para él: dos corazones separados por un inmenso mar de aguas saladas
-¿De que hablas?
Ayla se ruborizó
-En mi pueblo, cuando una mujer le pregunta a un hombre si quiere que lo acompañe en una Ceremonia de Purificación significa que está interesada en él...- Robb asintió con la cabeza, comprendiendo. No compartían religión, y en Malmö, la vida religiosa era una parte muy importante de la vida de sus pobladores, y tenían presente sus creencias para todo- Y si él le propone honrar juntos al Primer Dragón después... es similar a una propuesta de matrimonio...
-Entiendo...-dijo el asintiendo y comprendiendo porque Ayla había reaccionado de aquella manera- Está bien, hagámoslo...-la joven lo miró extrañado- Comprometámonos.
-Estás loco...- ella sonrió por primera vez durante la noche. Pero la mirada de Robb expresaba que su anuncio iba totalmente en serio- Nos vamos mañana y tu estás comprometido, es una locura...
-Pues no te vayas y yo no me casaré con Tabitah...
-Mi pueblo me necesita...- se excusó ella.
-Y a mi el mío, de esta manera ayudamos a ambos, venga, recita conmigo: Yo, Robbert Madden de Land-empezó a recitar Robb en voz alta en su chapurreado dialecto continental de la lengua sagrada del pueblo de Ayla- hijo de Robbert Madden, el Segundo en su nombre y rey de Land. Todos vuestros rituales empiezan así-le sonrió él- me comprometo con esta mujer, de nombre Ayla Adger, como su fiel esposo y amante, hasta que uno de los dos sea llamado por el Primer Dragón ¿Es así, verdad?
Ella se rió.
-Más o menos...
-Venga, ahora es tu turno...
Ayla sonrió, por fin miró los enormes y persuasivos ojos azules de Robb:
-Yo, Ayla Adger de Malmö, hija de Haakon Adger de Malmö, el Primero en su nombre y rey de Malmö, juro, ante las llamas sagradas del Primer Dragón, creador de vida, que tomaré a este hombre, de nombre Robbert Madden, como mi esposo, le amaré y le seré fiel hasta el fin de nuestros días. Cuidaré de él cuando la enfermedad lo rodeé, le abrigaré con mi cuerpo si la pobreza nos acecha durante el frío invierno, le honraré dándole muchos hijos, y limpiaré su alma si comete pecado a los ojos del Creador de Vida. Lo juro por mis ancestros y por mi sangre de los Antiguos Clanes-Ayla apartó la vista del fuego y volvió a mirar al joven a los ojos- Te lo juro Robb, siempre estaré a tu lado...
Él se acercó a ella y le dio un suave beso en los labios.
-Ha sido precioso. ¿Y cuando una pareja se compromete, hacéis algo más en Malmö?
Ayla asintió:
-Normalmente se intercambian regalos- la muchacha hurgó en su riñonera y encontró el collar de plata en forma de alas de dragón que Haakon había regalado a Meritt por su compromiso. Se lo tendió a Robb- Cuando se comprometieron, mi padre regaló esto a mi madre.
-Es muy bonito...
Robb reflexionó un poco y finalmente se sacó del cuello, y oculto entre las rocas un trozo de madera tallado en forma de lobo, atado a un cordel de cuero.
-Fue un regalo de mi padre. Es un tótem de la buena suerte, el lobo es el símbolo de nuestra familia, quiero que lo tengas tú, ahora, tu también formas parte de los Madden de Land.
Ayla lo tomó entre sus dedos y se lo colgó del cuello. Después sacó de su zurrón donde llevaba todos los objetos que usaba para realizar sus ceremonias, y sacó un bote de pintura roja que calentó al fuego. Pidió a Robb que se quitara la camisa y le pintó un dragón en forma de serpiente en el pectoral izquierdo.
-Todos los Adger tenemos esta mancha de nacimiento- le mostró la suya, y él la acarició tiernamente con la yema de los dedos, ella le acarició la mano-representa la pureza de nuestra sangre, que venimos de los Antiguos Clanes, los primeros habitantes de Halogala. Ahora, tu también eres un Adger, con los mismos derechos de nacimiento, y mereces llevar esta marca.
-Gracias Ayla...
Volvieron a besarse y volvieron a hacer el amor bajo el sauce llorón, tumbados sobre una piel de oso para protegerse del frío, aunque pasaron la noche desnudos, abrazados y honrando al Primer Dragón durante la larga oscuridad.
Al amanecer se presentaron en la colina, Axel terminaba de hacer los preparativos para el viaje...
-¿Dónde te metiste anoche, Ayla? ¿Te quedaste dormida en el bosque?-Axel vio a Robb caminar detrás de la chica, sabía lo que había sucedido, pero se negaba a creerlo- ¿Qué haces aquí Kuti? ¿Vienes a despedirte?
-Sobretodo de ti, Axel- rió el otro de muy buen humor- no sabes lo que te voy a extrañar...
Pendragón le miró con asco:
-¿Estás lista, Ayla?
-Yo no me voy-dijo ella cruzando los brazos- Os vais vosotros con Tavi a reunir a todos los jinetes
Axel Pendragón (Hayden Christensen) no se fía de las intenciones de Robb |
-¿Estás loca?-exclamó Axel-¿Quieres que conquisten nuestra isla?
-Ahora también es su isla- le defendió Ayla, Axel la miró sorprendido- Robb y yo estamos prometidos. Algún día el será mi consorte en Malmö y yo la suya en Land. No va a conquistar nuestra isla, va a ayudar a recuperar las tierras de la familia de su esposa...
-No me lo puedo creer Ayla... ¿Así es como tratas a tu pueblo? Casándote con un Kuti... Me has decepcionado de nuevo.
-Hago lo que ha hecho siempre mi pueblo, y es contraer matrimonio con la persona amada, y no la que convenga, como hacéis vosotros, los de los Nuevos Clanes... - miró a su primo-Ryden, eres el mayor experto en dragones que conozco. Confío en ti para la organización del ataque aéreo.
Ryden asintió. El muchacho hablaba poco, pero la idea de Ayla era buena, con un ejército bien entrenado tenían una posibilidad de vencer a Svend.
-Yo me quedaré aquí- dijo Eloff- ayudaré a Ayla y a Robb con los heridos que quedan.
-Debes marcharte Eloff,- le obligó Ayla- probablemente haya jinetes que necesiten más tus cuidados médicos que en el campamento.
El jinete de Sadira asintió.
-Yo si que me quedaré- afirmó Lis- Zaniah es una dragona de agua, lo mejor que encontraréis para guiar a vuestras naves.
Ayla se lo agradeció con la mirada.
-Está bien, Tavi, Eloff, Ryden y Axel partid cuanto antes y reunid a todos los jinetes que podáis en el Peñón del Diablo, al oeste de Halogala, está en el lado opuesto de Malmö, no verán llegar la flota ni a los dragones. Nos veremos allí en un mes. Sed lo más discretos que podáis, jugaremos con el factor sorpresa...
Ayla tendió la mano a Ryden, pero éste la rechazó y la abrazó con fuerza, ante el asombro de la joven...
-Ten mucho cuidado, hermana...-le susurró
-Y tú también, hermano...-respondió ella. Lo soltó y lo miró orgullosa con lágrimas en los ojos. Luego se volvió hacia Axel y le llamó por su nombre...
-Para mi estás muerta, Ayla Adger...
Y el equipo partió...
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