Mi nombre es Lara, Lara Croft, y soy la única hija del famoso arqueólogo Richard Croft, y como él, he heredado las ansias de la aventura, de estudiar, investigar... Desafortunadamente, mi padre falleció hace quince años, cuando yo era una niña, dejando abiertas muchas investigaciones, casos por descifrar, tesoros por descubrir... Esa es mi misión: terminar lo que él empezó. Rescatar su memoria, su legado... Y por eso me encuentro hoy aquí: a tantos kilómetros de Inglaterra, navegando entre las bastas costas de las Islas del Norte, rumbo a un islote antiguamente conocido como Halogala, donde dice la leyenda que antiguamente, sus gentes eran capaces de montar y adiestrar dragones. En los diario de papá, habla sobre una fuerza, una magia conocida como Sangre Pura que atraía a los dragones hacia Halogala y permitía que sus gentes lo encontrasen. Yo no creo en esas cosas, y me sorprende que mi padre si, pero fue la última expedición que preparó antes de dejarnos, y es mi deber descifrar que eran esos "dragones" de los que me habla y cómo lograban controlarlos...
DÍA 1: El Camino Hasta Ahora
Ya han pasado varias horas desde la última vez que contacté con Reyes, al parecer siguen atrapados en la isla conocida como Isla Corazón: allí también hay ruinas sobre los jinetes del dragón, pero no es la Isla de los Dragones. Algo está bloqueando mis conexiones y desde que adentré en el bosque que
no he vuelto a saber de ellos. Mi objetivo es llegar a la cima de la montaña para poder contactar con mi tripulación, y averiguar como naufragaron y quiénes fueron los que me secuestraron y me trajeron aquí. Los mapas antiguos de Halogala llaman a esto: El Bosque del Consejo, lo se porque he atravesado el círculo de tronos de piedra que constituía el antiguo gobierno de la isla. Estoy rodeada de hombres armados que buscan incesablemente por las madrigueras y los arbustos del bosque, debo andarme con ojo si no quiero que me encuentren. No se cuánto tiempo más podré aguantar. He calculado su número: unos doscientos o trescientos habitan la antigua aldea más un centenar que están dispersos por los bosques. Tienen armas, comida y agua. No se quienes son, pero estoy segura de que están buscando lo mismo que yo... Debo dejarlo aquí, me aproximo a las cuevas que rodean el volcán y parece que no estoy sola.
DÍA 2: Las Cuevas
La oscuridad me rodea y apenas puedo a más de dos palmos de mi. ¡No os hacéis una idea de cómo añoro tener un mechero en estos momentos! He tenido que abrirme paso, arco en mano, entre los guardias que vigilaban la entrada de la cueva principal, por suerte, he sido sigilosa como un gato. Papá hablaba de estas cuevas en sus diarios, eran el lugar de culto de los jinetes del dragón. Están llenos de pinturas rupestres que cuentan su historia: las primeras hablan de el reinado del oso, creo que corresponde a la primera dinastía que reinó en Halogala: los Maggen, cuyo emblema era el oso. Después se habla de una guerra devastadora, donde peleó un príncipe que montaba un dragón negro con alas plateadas. Aquí se habla de otra guerra, esta vez entre dos dragones: uno negro y otro verde... qué extraño... Parece que fue un conflicto muy largo y muy duro ¿estará hablando de la legendaria Guerra de Dragones de la que me hablaba mi padre? Está demasiado deteriorado como para poder leer quien venció la guerra... Un momento, aquí hay otro mural medio borrado, no distingo bien de que se trata, pero juraría que esto es una cabeza de oso, y esto la ala de un dragón, ambas figuras están cubiertas por una especie de paraguas blanco y por lo que parece un Sol y algo más... ¿quizá una luna?
Está demasiado oscuro y demasiado borrado como para que distinga algo más.. Oigo un ruido, y veo una antorcha, mierda, ellos se han reunido aquí. Se han reunido en una sala enorme, a mi no me ven, estoy oculta entre unas aberturas de la parte superior. Cuento una cincuentena de hombres, armados hasta las trancas. Están... ¿orando? Hay uno que se alza entre el resto, sobre una plataforma parece ser el líder, es como una especie de sacerdote. Sus ropas parecen antiguas, medievas. No puedo distinguir su rostro, lo lleva cubierto por una capa, pero tiene un marcado acento escandinavo. Tras él hay una lista de símbolos, doce para ser exactos, algunos están borrados con una línea roja, y otros por una negra... Ya se dónde estamos, las pinturas y las aguas termales lo delatan: ¡es la cueva de los Antiguos Clanes! Era su lugar de culto principal, en ella y en las cavernas de sus alrededores los malmönianos pintaron su historia. Parece que ahora se han puesto a hablar sobre recuperar la antigua magia de los dragones ¡Dios mío! No me había fijado hasta ahora, por eso estaban en los bosques, estaban recolectando huevos de dragón ¡Quieren resucitarlos! Sin duda están buscando lo mismo que yo, y lo mismo que mi padre... Debo encontrar el secreto antes que ellos, sino... quién sabe lo que podrían hacer. ¿Pero dónde puedo empezar a buscar? ¿Dónde?
DÍA 3: Los Buenos Momentos
Recuerdo, que cuando era niña, mi padre me contaba la historia sobre una princesa: era la mujer más valiente y fuerte del mundo y con una responsabilidad muy grande sobre sus espaldas. Nadie creía en ella porque era una mujer, y aunque ella demostrase que era capaz de cualquier cosa no lograba que se la tomasen en serio. Decidieron por ella que debía casarse con un hombre horrible, que la trataba
fatal, pero ella se negó porque amaba a otro hombre, así que fingió su propia muerte para escapar de su espantoso esposo e ir en busca de su amor y reclamar lo que era suyo... Siempre he pensado lo cursis y ñoñas que eran esas historias, pero lograban sacarme una sonrisa... Él decía que no debía reirme, que fue una princesa muy valiente y muy fuerte, y que yo, algún día, me parecería a ella. Ojala pudiese volver a esos días, sola con mi padre y sus historias, en lugar de estar atrapada aquí: en esta isla en medio de ninguna parte... Aish... ¿Cómo era esa canción que solía cantarme? Alas negras, flechas encantadas, el fuego reflejado en su mirada, cruzó mares, bosques y volcanes, era temida en los cuatro puntos cardinales...." ¡Eso es! Alas negras... En la cueva había un dibujo de un dragón negro. ¿Sería su jinete la princesa de la que me hablaba padre? Creo que tengo unas notas de papá por aquí guardadas, en algún lugar dentro de esta interminable mochila... A ver que hay por aquí...¡Aha! Aquí están. Vamos a ver: Dinastía Maggen no... Dinastía Adger... Ansgar, Haakon... Svend... Ayla. "Ayla Adger fue la única hija y heredera del rey Haakon Adger y su esposa: Tiana Niara de los Antiguos Clanes. Fue famosa por encabezar uno de los dos bandos de La Guerra de los Dragones contra su tío Svend Adger, quien cuestionaba el liderato de su sobrina por el hecho de que nunca habían gobernado mujeres en Malmö. Ayla se alzó como Guardiana de los Dragones sobre su dragón de las tinieblas y restauró la pureza de la sangre en Halogala." Las notas terminan aquí, solo he podido recuperar ciertas páginas del diario, tengo muchos huecos en blanco que llenar... Al menos se que esta tal princesa Ayla está relacionado con la magia que controlaba a los dragones. Si no me equivoco, cerca de la Cueva de los Antiguos Clanes se encontraba la Cueva de los Reyes, quizá allí encuentre algo más de información...
DÍA 4: El Compañero de Viaje
Siempre he dicho que he trabajado mejor sola, pero desde lo de Siberia y el Triángulo del Dragón que Reyes y Jonah se empeñan en acompañarme a todos los lados, y encima ahora han contratado a ese engreído cazatesoros americano... Ugh, dice ser hijo de un sir... bueno, yo soy hija de un Lord ¿qué se ha creído? Me he pasado la vida estudiando a los jinetes de dragón, y este tío cree qué por buscar en Google: "La Isla de los Dragones" durante su vuelo ya es todo un experto en la materia... Cree que no soy lo suficientemente madura para una misión así, pues bien, le voy a enseñar a ese Nathan Drake de que pasta está hecha una Croft... No necesito a una niñera que me cuide, se apañármelas sola, como compañero me basta mi arco y mi pistola.
DÍA 5: Recorriendo la Isla.
Esta roca perdida en medio de la nada es el lugar más maravilloso que he visto nunca... A pesar de que la Hermandad del Jade hayan ocupado la aldea, la mayor parte de las infrasestructuras permanecen casi intactas: al pie del volcán hay una mansión de mármol casi en perfecto estado, la
Academia, apenas se ha derrumbado una grada y la Fortaleza de las Escamas aún es habitable. Incluso las Puertas del Cielo, que no son más que dos columnas elevadas sobre una plataforma de piedra se conservan perfectamente. Es más, estoy segura de que si pudiese llegar al Peñón del Diablo la fortaleza se encontraría igual que cuando la dejaron. Los bosques son impresionantes: grandes y frondosos, los árboles son gigantes, por el camino encuentras esculturas de dragones y antiguos reyes, también de famosos jinetes. Jamás había visto un lugar tan impresionante... He visitado la Cueva de los Reyes, al parecer, la Revolución de Svend, la Guerra de los Dragones y el paso de los siglos se ha llevado gran parte de la información de todos sus reyes, los pergaminos y libros han sido quemados o destruidos, pero he logrado averiguar algo. Sobre una pared estaban gravados todos los nombres de los reyes que han gobernado Malmö, me llamó la atención que algunos estuviesen escritos con tinta negra y otros con tinta roja. El nombre de Ayla Adger estaba tachado con un cincel, como si no hubiesen querido dejar constancia de su paso como princesa, pero estaba pintado de rojo. Al lado de cada rey estaba escrito en nombre de su dragón, el de Ayla era Acamar. No he tenido tiempo a investigar nada mas, la Hermandad del Jade me ha encontrado y me ha llevado a la aldea, donde
tienen su base. Al menos me ha servido para averiguar quienes son: sus antepasados eran conocidos
como los Sultanes de las Tierras de Jade, unos hombres muy ricos y caprichosos, amantes del lujo, las sedas y las joyas, y sobretodo de los dragones. Por muchos acuerdos que intentaron alcanzar, la gente de Malmö se negaba a venderles el secreto para domarlos, sus descendientes siguen intentando conseguirlo. Su líder es un hombre llamado Wade Cole, sostiene ser el descendiente del sultán Aysel, famoso por raptar a la princesa Ayla y a su hija durante años, pero como Ayla, conseguí escapar de ellos. Me ha sabido mal porque he tenido que quemar gran parte de esa colección arqueológica que era la antigua aldea de Malmö, pero antes de conseguirla, le robé a Cole un pergamino que guardaba bajo llave con mucho recelo, también me he llevado una radio para poder contactar con los míos. Me dirijo a la Fortaleza de las Escamas para intentar estar a salvo mientras descodifico el pergamino con las notas de papá.
DÍA 6: Un Tiempo a Solas...
He pasado un tiempo a solas leyendo en la Fortaleza de las Escamas, afortunadamente, las notas de papá contenían la suficiente información como para descifrar el lenguaje de Halogala. El pergamino de Cole explica que algunas personas de los Antiguos Clanes nacían con unas marcas especiales de nacimiento, con la forma de la familia a la que pertenecían. Eran llamados los Sangre Pura, y desde la llegada de los Nuevos Clanes que cada vez iban naciendo menos. No se sabe exactamente que geners debían juntarse para que naciese un Sangre Pura: a veces nacía un niño marcado sin que ninguno de sus padres lo fuera, y otras, aún siendo los dos progenitores de Sangre Pura sus hijos no podían heredarla. Ayla Adger fuer sangre pura de la familia del dragón, al igual que se padre el rey Haakon, no lo fue el rey Svend, ni tampoco su descendencia... En la biblioteca del bastión, he encontrado un libro sobre la Pureza de la Sangre, escrito por algún jinete de la época dorada de Malmö. "Los Sangre
Pura poseen la sangre de los primeros jinetes, aquellas familias que el Primer Dragón ordenó para custodiar a sus creaciones. Las sacerdotisas se encargan de mantenerla limpia con sus ritos y ceremonias, honrando al Primer Dragón tras la ceremonia de purificación, para asegurarse que conceden hijos puros de los Antiguos Clanes, capaces de montar y domar un dragón..." Otro libro, escrito por un tal Consejero Drog Shane, de la sangre de los halcones de los Antiguos Clanes habla sobre la Rebelión de Svend y dice así: "El rey Svend se negó a ejecutar a su primogénito Ryden, no por su cargo de conciencia como padre, sino por el temor ha terminar con la sangre del dragón. Con Ayla muerta y su esposa trayendo al mundo un aborto tras otro, su majestad cree que el Primer Dragón le está castigando por sus crímenes, y lo que pretende al negarle más descendencia es alejar a los dragones de Halogala. Ya lo dice el dicho: Un cualquiera no puede parir a un Adger". ¡No hay ningún secreto para montar a un dragón! Estaba todo en su sangre, la pureza de su sangre, la sangre atraía a los dragones y ellos solos se dejaban domar... Pero estaba todo en su sangre. La Hermandad no debe saberlo, tengo que destruir todos estos documentos antes de que averigüen el secreto de Ayla Adger e intenten hacer alguna locura para volver a poseer aquel gen. He metido todos los libros importantes en un saco, no tengo fuego a mano, pero conozco un lugar donde podré deshacerme de todos ellos y de paso, enviar una señal de socorro.
DÍA 7. Despejado.
Ha sido una larga lucha, muy intensa... eran demasiados y venían por todos los lados. Eran grandes y pesados, pero yo y mi arco somos sigilosos como un gato, no nos han visto venir, cuando se han dado cuenta me abalanzado sobre ellos. "¿Qué le decimos al Dios de la muerte? Hoy no." No paraba de repetir en mi cabeza mientras ahorcaba a un hombre con el arco. Me he quedado sin balas y me quedan pocas flechas, eso me detendrá un rato, debo hacer más flechas y curar mis heridas antes de seguir adelante, Cole no estaba entre ellos, eso me preocupa, ese sinvergüenza aún está por ahí, intentando revivir dragones para no se que narices hacer con ellos... "El orgullo de los sultanes prevalecerá" ha gritado a un delirante soldado mientras manaba sangre de la flecha que le he clavado... Sea como sea, no voy a permitir que Cole se haga con estos documentos, ni hablar, antes lo voy a tirar por el volcán...
DÍA 8: La Cima...
Ya casi veo la cima, todo está cubierto de humo y ceniza. Oigo burbujear el magma. Los hombres de Cole me pisan los talones, debo darme prisa...
DÍA 9: A casa...
Ya veo acercarse el barco, no me puedo creer que lo haya logrado. Han sido nueve días agotadores, y en cuanto llegue a Londres lo primero que voy a hacer es darme una buena ducha y dormir tres días seguidos. He destruido todas las pruebas que afirmaban la existencia de los dragones y de como controlarlos. Cole ha terminado con ellos, en el interior del volcán. Me sabe muy mal haber tenido que destruir ese conjunto arqueológico tan espectacular... Todas las pinturas de la cuevas estaban borradas o quemadas, habían intentado destruirlas, la mayoría termina con la Guerra de los Dragones, igual que los libros y los pergaminos. Todos excepto uno: Las memorias de Aysel, el antepasado de Cole, hablan sobre que Ayla Adger tuvo una hija, no especifica el padre, ni si tuvo más o no. Pero es el único sitio donde se menciona la descendencia de la última princesa de los dragones, o lo era, antes de que también lo arrojase por el volcán.... La cuestión es que si Ayla puso tanto empeño en esconder a sus hijos, yo no soy nadie como para desvelar ese secreto. Quizá esa niña también tuvo hijos, y nietos, con la pureza de la
sangre, con la habilidad de atraer a los dragones, pero nunca lo sabrán, ni ellos ni nadie. Cuando mi tripulación llegue, Reyes me echará la charla y me soltará uno de sus habituales "Te lo dije, déjate de historias de críos Lara, los dragones no existen", Jonah me abrazará y me llamará Pajarito e intentará sacarme una sonrisa para animarme tras mi fiasco. Y en cuanto a Nathan... en fin, seguro que no se creerá la historia de que no he encontrado nada e intentará sacarme información durante todo el viaje. No puedo ocultar las quemaduras ni las heridas, es obvio que he estado luchando, pero como que me llamo Lara Croft que voy a llevarme el secreto de los dragones a la tumba.
DÍA 1: El Camino Hasta Ahora
no he vuelto a saber de ellos. Mi objetivo es llegar a la cima de la montaña para poder contactar con mi tripulación, y averiguar como naufragaron y quiénes fueron los que me secuestraron y me trajeron aquí. Los mapas antiguos de Halogala llaman a esto: El Bosque del Consejo, lo se porque he atravesado el círculo de tronos de piedra que constituía el antiguo gobierno de la isla. Estoy rodeada de hombres armados que buscan incesablemente por las madrigueras y los arbustos del bosque, debo andarme con ojo si no quiero que me encuentren. No se cuánto tiempo más podré aguantar. He calculado su número: unos doscientos o trescientos habitan la antigua aldea más un centenar que están dispersos por los bosques. Tienen armas, comida y agua. No se quienes son, pero estoy segura de que están buscando lo mismo que yo... Debo dejarlo aquí, me aproximo a las cuevas que rodean el volcán y parece que no estoy sola.
DÍA 2: Las Cuevas
La oscuridad me rodea y apenas puedo a más de dos palmos de mi. ¡No os hacéis una idea de cómo añoro tener un mechero en estos momentos! He tenido que abrirme paso, arco en mano, entre los guardias que vigilaban la entrada de la cueva principal, por suerte, he sido sigilosa como un gato. Papá hablaba de estas cuevas en sus diarios, eran el lugar de culto de los jinetes del dragón. Están llenos de pinturas rupestres que cuentan su historia: las primeras hablan de el reinado del oso, creo que corresponde a la primera dinastía que reinó en Halogala: los Maggen, cuyo emblema era el oso. Después se habla de una guerra devastadora, donde peleó un príncipe que montaba un dragón negro con alas plateadas. Aquí se habla de otra guerra, esta vez entre dos dragones: uno negro y otro verde... qué extraño... Parece que fue un conflicto muy largo y muy duro ¿estará hablando de la legendaria Guerra de Dragones de la que me hablaba mi padre? Está demasiado deteriorado como para poder leer quien venció la guerra... Un momento, aquí hay otro mural medio borrado, no distingo bien de que se trata, pero juraría que esto es una cabeza de oso, y esto la ala de un dragón, ambas figuras están cubiertas por una especie de paraguas blanco y por lo que parece un Sol y algo más... ¿quizá una luna?
Está demasiado oscuro y demasiado borrado como para que distinga algo más.. Oigo un ruido, y veo una antorcha, mierda, ellos se han reunido aquí. Se han reunido en una sala enorme, a mi no me ven, estoy oculta entre unas aberturas de la parte superior. Cuento una cincuentena de hombres, armados hasta las trancas. Están... ¿orando? Hay uno que se alza entre el resto, sobre una plataforma parece ser el líder, es como una especie de sacerdote. Sus ropas parecen antiguas, medievas. No puedo distinguir su rostro, lo lleva cubierto por una capa, pero tiene un marcado acento escandinavo. Tras él hay una lista de símbolos, doce para ser exactos, algunos están borrados con una línea roja, y otros por una negra... Ya se dónde estamos, las pinturas y las aguas termales lo delatan: ¡es la cueva de los Antiguos Clanes! Era su lugar de culto principal, en ella y en las cavernas de sus alrededores los malmönianos pintaron su historia. Parece que ahora se han puesto a hablar sobre recuperar la antigua magia de los dragones ¡Dios mío! No me había fijado hasta ahora, por eso estaban en los bosques, estaban recolectando huevos de dragón ¡Quieren resucitarlos! Sin duda están buscando lo mismo que yo, y lo mismo que mi padre... Debo encontrar el secreto antes que ellos, sino... quién sabe lo que podrían hacer. ¿Pero dónde puedo empezar a buscar? ¿Dónde?
DÍA 3: Los Buenos Momentos
Recuerdo, que cuando era niña, mi padre me contaba la historia sobre una princesa: era la mujer más valiente y fuerte del mundo y con una responsabilidad muy grande sobre sus espaldas. Nadie creía en ella porque era una mujer, y aunque ella demostrase que era capaz de cualquier cosa no lograba que se la tomasen en serio. Decidieron por ella que debía casarse con un hombre horrible, que la trataba
fatal, pero ella se negó porque amaba a otro hombre, así que fingió su propia muerte para escapar de su espantoso esposo e ir en busca de su amor y reclamar lo que era suyo... Siempre he pensado lo cursis y ñoñas que eran esas historias, pero lograban sacarme una sonrisa... Él decía que no debía reirme, que fue una princesa muy valiente y muy fuerte, y que yo, algún día, me parecería a ella. Ojala pudiese volver a esos días, sola con mi padre y sus historias, en lugar de estar atrapada aquí: en esta isla en medio de ninguna parte... Aish... ¿Cómo era esa canción que solía cantarme? Alas negras, flechas encantadas, el fuego reflejado en su mirada, cruzó mares, bosques y volcanes, era temida en los cuatro puntos cardinales...." ¡Eso es! Alas negras... En la cueva había un dibujo de un dragón negro. ¿Sería su jinete la princesa de la que me hablaba padre? Creo que tengo unas notas de papá por aquí guardadas, en algún lugar dentro de esta interminable mochila... A ver que hay por aquí...¡Aha! Aquí están. Vamos a ver: Dinastía Maggen no... Dinastía Adger... Ansgar, Haakon... Svend... Ayla. "Ayla Adger fue la única hija y heredera del rey Haakon Adger y su esposa: Tiana Niara de los Antiguos Clanes. Fue famosa por encabezar uno de los dos bandos de La Guerra de los Dragones contra su tío Svend Adger, quien cuestionaba el liderato de su sobrina por el hecho de que nunca habían gobernado mujeres en Malmö. Ayla se alzó como Guardiana de los Dragones sobre su dragón de las tinieblas y restauró la pureza de la sangre en Halogala." Las notas terminan aquí, solo he podido recuperar ciertas páginas del diario, tengo muchos huecos en blanco que llenar... Al menos se que esta tal princesa Ayla está relacionado con la magia que controlaba a los dragones. Si no me equivoco, cerca de la Cueva de los Antiguos Clanes se encontraba la Cueva de los Reyes, quizá allí encuentre algo más de información...
DÍA 4: El Compañero de Viaje
Siempre he dicho que he trabajado mejor sola, pero desde lo de Siberia y el Triángulo del Dragón que Reyes y Jonah se empeñan en acompañarme a todos los lados, y encima ahora han contratado a ese engreído cazatesoros americano... Ugh, dice ser hijo de un sir... bueno, yo soy hija de un Lord ¿qué se ha creído? Me he pasado la vida estudiando a los jinetes de dragón, y este tío cree qué por buscar en Google: "La Isla de los Dragones" durante su vuelo ya es todo un experto en la materia... Cree que no soy lo suficientemente madura para una misión así, pues bien, le voy a enseñar a ese Nathan Drake de que pasta está hecha una Croft... No necesito a una niñera que me cuide, se apañármelas sola, como compañero me basta mi arco y mi pistola.
DÍA 5: Recorriendo la Isla.
Esta roca perdida en medio de la nada es el lugar más maravilloso que he visto nunca... A pesar de que la Hermandad del Jade hayan ocupado la aldea, la mayor parte de las infrasestructuras permanecen casi intactas: al pie del volcán hay una mansión de mármol casi en perfecto estado, la
Academia, apenas se ha derrumbado una grada y la Fortaleza de las Escamas aún es habitable. Incluso las Puertas del Cielo, que no son más que dos columnas elevadas sobre una plataforma de piedra se conservan perfectamente. Es más, estoy segura de que si pudiese llegar al Peñón del Diablo la fortaleza se encontraría igual que cuando la dejaron. Los bosques son impresionantes: grandes y frondosos, los árboles son gigantes, por el camino encuentras esculturas de dragones y antiguos reyes, también de famosos jinetes. Jamás había visto un lugar tan impresionante... He visitado la Cueva de los Reyes, al parecer, la Revolución de Svend, la Guerra de los Dragones y el paso de los siglos se ha llevado gran parte de la información de todos sus reyes, los pergaminos y libros han sido quemados o destruidos, pero he logrado averiguar algo. Sobre una pared estaban gravados todos los nombres de los reyes que han gobernado Malmö, me llamó la atención que algunos estuviesen escritos con tinta negra y otros con tinta roja. El nombre de Ayla Adger estaba tachado con un cincel, como si no hubiesen querido dejar constancia de su paso como princesa, pero estaba pintado de rojo. Al lado de cada rey estaba escrito en nombre de su dragón, el de Ayla era Acamar. No he tenido tiempo a investigar nada mas, la Hermandad del Jade me ha encontrado y me ha llevado a la aldea, donde
DÍA 6: Un Tiempo a Solas...
He pasado un tiempo a solas leyendo en la Fortaleza de las Escamas, afortunadamente, las notas de papá contenían la suficiente información como para descifrar el lenguaje de Halogala. El pergamino de Cole explica que algunas personas de los Antiguos Clanes nacían con unas marcas especiales de nacimiento, con la forma de la familia a la que pertenecían. Eran llamados los Sangre Pura, y desde la llegada de los Nuevos Clanes que cada vez iban naciendo menos. No se sabe exactamente que geners debían juntarse para que naciese un Sangre Pura: a veces nacía un niño marcado sin que ninguno de sus padres lo fuera, y otras, aún siendo los dos progenitores de Sangre Pura sus hijos no podían heredarla. Ayla Adger fuer sangre pura de la familia del dragón, al igual que se padre el rey Haakon, no lo fue el rey Svend, ni tampoco su descendencia... En la biblioteca del bastión, he encontrado un libro sobre la Pureza de la Sangre, escrito por algún jinete de la época dorada de Malmö. "Los Sangre
Pura poseen la sangre de los primeros jinetes, aquellas familias que el Primer Dragón ordenó para custodiar a sus creaciones. Las sacerdotisas se encargan de mantenerla limpia con sus ritos y ceremonias, honrando al Primer Dragón tras la ceremonia de purificación, para asegurarse que conceden hijos puros de los Antiguos Clanes, capaces de montar y domar un dragón..." Otro libro, escrito por un tal Consejero Drog Shane, de la sangre de los halcones de los Antiguos Clanes habla sobre la Rebelión de Svend y dice así: "El rey Svend se negó a ejecutar a su primogénito Ryden, no por su cargo de conciencia como padre, sino por el temor ha terminar con la sangre del dragón. Con Ayla muerta y su esposa trayendo al mundo un aborto tras otro, su majestad cree que el Primer Dragón le está castigando por sus crímenes, y lo que pretende al negarle más descendencia es alejar a los dragones de Halogala. Ya lo dice el dicho: Un cualquiera no puede parir a un Adger". ¡No hay ningún secreto para montar a un dragón! Estaba todo en su sangre, la pureza de su sangre, la sangre atraía a los dragones y ellos solos se dejaban domar... Pero estaba todo en su sangre. La Hermandad no debe saberlo, tengo que destruir todos estos documentos antes de que averigüen el secreto de Ayla Adger e intenten hacer alguna locura para volver a poseer aquel gen. He metido todos los libros importantes en un saco, no tengo fuego a mano, pero conozco un lugar donde podré deshacerme de todos ellos y de paso, enviar una señal de socorro.
DÍA 7. Despejado.
Ha sido una larga lucha, muy intensa... eran demasiados y venían por todos los lados. Eran grandes y pesados, pero yo y mi arco somos sigilosos como un gato, no nos han visto venir, cuando se han dado cuenta me abalanzado sobre ellos. "¿Qué le decimos al Dios de la muerte? Hoy no." No paraba de repetir en mi cabeza mientras ahorcaba a un hombre con el arco. Me he quedado sin balas y me quedan pocas flechas, eso me detendrá un rato, debo hacer más flechas y curar mis heridas antes de seguir adelante, Cole no estaba entre ellos, eso me preocupa, ese sinvergüenza aún está por ahí, intentando revivir dragones para no se que narices hacer con ellos... "El orgullo de los sultanes prevalecerá" ha gritado a un delirante soldado mientras manaba sangre de la flecha que le he clavado... Sea como sea, no voy a permitir que Cole se haga con estos documentos, ni hablar, antes lo voy a tirar por el volcán...
DÍA 8: La Cima...
Ya casi veo la cima, todo está cubierto de humo y ceniza. Oigo burbujear el magma. Los hombres de Cole me pisan los talones, debo darme prisa...
DÍA 9: A casa...
Ya veo acercarse el barco, no me puedo creer que lo haya logrado. Han sido nueve días agotadores, y en cuanto llegue a Londres lo primero que voy a hacer es darme una buena ducha y dormir tres días seguidos. He destruido todas las pruebas que afirmaban la existencia de los dragones y de como controlarlos. Cole ha terminado con ellos, en el interior del volcán. Me sabe muy mal haber tenido que destruir ese conjunto arqueológico tan espectacular... Todas las pinturas de la cuevas estaban borradas o quemadas, habían intentado destruirlas, la mayoría termina con la Guerra de los Dragones, igual que los libros y los pergaminos. Todos excepto uno: Las memorias de Aysel, el antepasado de Cole, hablan sobre que Ayla Adger tuvo una hija, no especifica el padre, ni si tuvo más o no. Pero es el único sitio donde se menciona la descendencia de la última princesa de los dragones, o lo era, antes de que también lo arrojase por el volcán.... La cuestión es que si Ayla puso tanto empeño en esconder a sus hijos, yo no soy nadie como para desvelar ese secreto. Quizá esa niña también tuvo hijos, y nietos, con la pureza de la
sangre, con la habilidad de atraer a los dragones, pero nunca lo sabrán, ni ellos ni nadie. Cuando mi tripulación llegue, Reyes me echará la charla y me soltará uno de sus habituales "Te lo dije, déjate de historias de críos Lara, los dragones no existen", Jonah me abrazará y me llamará Pajarito e intentará sacarme una sonrisa para animarme tras mi fiasco. Y en cuanto a Nathan... en fin, seguro que no se creerá la historia de que no he encontrado nada e intentará sacarme información durante todo el viaje. No puedo ocultar las quemaduras ni las heridas, es obvio que he estado luchando, pero como que me llamo Lara Croft que voy a llevarme el secreto de los dragones a la tumba.
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