Axel y Ayla volaron a toda velocidad entre los bosques de Malmö, Hydor era más grande y pesado que Acamar, pero el dragón negro era más ágil y esquivaba con más facilidad las ramas de los árboles. Una bola de fuego les sorprendió: -¡Eso es trampa!-gritó ella -Venga, princesa- se burló él- es solo una bola de fuego... -Te vas a enterar... Con un hábil movimiento, Ayla provocó que Acamar volase en círculo y golpease a Hydor y a Axel con su aliento eléctrico, propio de los dragones de su especie. A Axel le costó esquivar ese rayo e intentó contraatacar con una bola de fuego, que Lis, a lomos de Zaniah consiguió apartar. -No te metas en esto Lis- le gritó el joven noble -Has comenzado tú a hacer trampas.- respondió la muchacha de cabellos negros- ¡Corre Ayla! ¡Corre! Ayla espoleó a Acamar, el dragón se revolvió y comenzó a ascender entre las copas de los árboles, hasta llegar a cielo abierto y lanzarse en picado hacia la academia. Ya la veían, el hemiciclo donde se llevaría a...
La Grandeza nace de los Pequeños Comienzos.