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Libre

Dean entró en el bunker bruscamente, apartando todo a su paso y abriéndose paso hasta la habitación de Ayden. Está herido, le sangra la ceja y tiene una mejilla hinchada. Sus brazos y su torso también están llenos de cortes y magulladuras y algunos moratones. Detrás de él, Sam lleva a Ayden en brazos, inconsciente. El hermano mediano también está herido, pero no tanto como Dean ni mucho menos con Ayden, que se desangra por una herida de bala en el costado.
Dean aparta las cosas de Ayden de encima de su cama y Sam coloca a la joven suavemente sobre ella. El primogénito busca desesperadamente un trapo con el que tapar la hemorragia que cada vez se extiende más sobre la camiseta gris de Ayden. La muchacha abre los ojos débilmente mientras Sam presiona el trapo contra la herida.

-¿Sam?-murmura Ayden-¿dónde está Cas?

-Tranquila Ayden, te pondrás bien. Tu solo estate tranquila...

-¿Dónde está Cas?-vuelve a preguntar adormecida y muerta de dolor.

Dean coloca otro trozo de tela sobre la nariz de la joven para adormecerla completamente.

-¡Dean!-grita Sam

-Estoy hasta los huevos de Cas, Sam. ¡Por su culpa Ayden está asi! Siempre que tiene algún problema, la llama y ella acude. Y le hace daño... Sam, no quiero volver a ver a mi hermana sufrir por su culpa. Mírala, se está desangrando ¿y acaso le importa? ¿Lo ves aquí preocupándose?

El aleteo y la brisa dejaron claro que Castiel acababa de entrar en la habitación. Se sentó al lado de Ayden y le colocó dos dedos en la frente. Una luz la iluminó y sus heridas sanaron, dejándola dormida. Luego se acercó a Dean y a Sam y también los curó.

-Por supuesto que me preocupa Dean-dijo él seriamente- Ella no acude en cuanto la llamo, ella acude porque sabe que la necesito.-Y volvió a desaparecer.

Dean y Sam permanecieron toda la noche con Ayden, velando por su sueño. La joven parecía haberse recuperado físicamente, pero siempre que utilizaba su "gracia" le costaba mucho recuperarse por completo, y aquella batalla la había dejado exhausta. Sam estaba sentado a su lado, de vez en cuando le mojaba la frente con un paño húmedo o le daba algo de beber. Incluso después de haber sido sanada por Castiel, Ayden temblaba, tenía fiebre y no podía levantarse. Dean se paseaba por la habitación, inquieto.

-Siempre que Ayden ayuda a Cas se pone fatal.

-Es por el vínculo Dean... No podemos hacer nada...

-Si, si podemos hacer algo...

-¿De que estás hablando?

-Podemos destruirlo.

-Dean, no podemos romper un hechizo celestial. No contamos con el poder suficiente y no es decisión nuestra. Es de ella...

Dean y Sam se encararon.

-Lo se Sammy, se que debería ser decisión de Ayden. Pero soy su hermano mayor, y mi deber es protegerla. Y desde que Cas le colocó aquel estúpido vínculo que no ha hecho más que sufrir. ¿Recuerdas cuando sucedió lo de los leviatanes? Ayden casi muere... No comía, no dormía y todo porque ese estúpido vínculo le decía que estaba vivo... Y en el Purgatorio... Deberías haberla visto Sam, dispuesta a darlo todo por Cas, todo. Quizá Ayden me odio si rompo el vínculo, pero ella estará a salvo.

-Dean...

-Ya he tomado la decisión Sammy, solo quiero saber si estarás conmigo o no.

-No puedes obligarme a hacer algo que mi hermana no quiere Dean.

-Eso es cierto, pero se trata de dejar de ver sufrir a Ayden.

Sam suspiró amargamente. Él más que nadie entendía como se sentía Ayden, sabía que amaba a Castiel. Pero Dean tenía razón, el vínculo le hacía daño. Siempre pendiente de Cas, siempre acudiendo a su ayuda, transmitiéndole su poder, la hería... Era su hermano mayor y aunque se mostrase contrario, romper el vínculo acabaría con el sufrimiento de Ayden, aunque los odiase durante mucho tiempo.

-Está bien, el vínculo hace daño a Ayden. Si lo destruyéramos no seríamos malas personas. Pero no sabemos como destruir un hechizo tan poderoso...

-Nosotros no, pero se de alguien que si sabe como hacerlo...


-Hola chicos.-dijo Crowley al recibir la llamada de la invitación y verse envuelto en una trampa para demonios pintada en el techo- Siempre es un placer recibir una llamada de mis cazadores preferidos. ¿Qué puedo hacer por vosotros?

-Necesitamos que nos prestes a Rowena.

- ¿A mi mami? ¿Y para qué los poderosos hermanos Winchester necesitan a una de las brujas más poderosas del mundo?-dijo irónicamente el rey del Infierno

-Ayden.- respondió Dean firmemente.

Crowley le miró interesado. Ambos hermanos sabían la extraña atracción que el demonio sentía por la joven Winchester.

-El vínculo. El hechizo que Castiel introdujo en ella.-explicó Sam- La está matando, cada vez está más débil y le cuesta más recuperarse después de usar la energía que lleva dentro.

-Queremos que tu madre rompa el vínculo. Para terminar con el sufrimiento de Ayden...

-¿Y por que creéis que yo os ayudaría a curar a vuestra querida hermanita?

-Porque la quieres.- Crowley miró desafiante a Dean, que era el que había respondido-No sabemos como ni porque, pero mi hermana te importa Crowley. Si la despiadada de tu madre consiguió amar tu también lo has conseguido, y no sabemos porque has escogido a Ayden. Por eso te pedimos este gran favor. Ayúdanos a salvar a mi hermana. Por favor.

*   *    *
Rowena permanecía encadenada en una lujosa habitación que Crowley le había proporcionado en su "Corte". En pocas ocasiones la visitaba, si la mantenía con vida era solo por ocasiones como aquella. Lo aceptase o no, Rowena era una bruja muy poderosa y si había un ser capaz de romper ese poderoso hechizo, era ella. Crowley, muy a su pesar entró en la habitación. Aun no sabía exactamente porque ayudaba a los Winchester con su hermana, al fin y al cabo, el era el rey del Infierno, él no salvaba a la gente, la condenaba.

-Fegus. querido- exclamó ella al verle con su dulce voz mientras Crowley entraba en la habitación- Me alegro de verte ¿Te?

Rowena permanecía sentada frente a una mesita de café, con las manos unidas por unas esposas, que no le impedían moverse para sorber de su tazita de te de porcelana.

-Madre- sonrió el otro- Tan gentil como siempre.

Crowley tomó asiento enfrente de ella y Rowena le sirvió una taza de te.

-Y decidme hijo ¿qué te trae por mis aposentos?

-¿Una visita de cortesía a la mujer que me dio la vida?

Rowena le mostró los grilletes

-Eres hijo mío, Fergus ¿qué quieres?

-Un hechizo.- Crowley sorbió un poco de te- Para deshacer un vínculo establecido por un ángel

-Oh no... Ayden Winchester-refunfuñó Rowena con una mueca de asco en el rostro- ¿Qué tienes con esa cría Fergus? Es mona, no te lo negaré... Pero es una Winchester

-¿Podrás hacerlo si o no?

-Hijo, no se ni que hechizo es, ni si es reversible, ni que tipo de magia ha utilizado para crearlo... Necesitaría examinar a la paciente...

-Si pudieras examinar a Ayden... ¿podrías hacerlo?

-Depende-Rowena cruzó las piernas- ¿Qué ganaría yo con ello?

-Siempre tan humilde, mi querida madre. ¿A caso descubrir los secretos de uno de los hechizos más poderosos de la tierra no seria suficiente?

A Crowley (Mark Sheppard) no le hace mucha
gracia tener que pedirle ayuda a su madre
Rowena lo meditó unos instantes. Crowley tenía razón, el vínculo de Ayden estaba creado con una de las fuerzas más poderosas del universo. Ninguna bruja anteriormente habría podido examinar antes un hechizo creado por seres celestiales... Si descubría su naturaleza y aprendía a controlarla, dejaría de ser esclava de su hijo, de los Winchester y del Gran Aquelarre. Sería imparable. La bruja pelirroja sonrió con malicia

-Vamos a echarle un vistazo a esa pequeñina.

A los chicos no les hacía demasiada gracia que Rowena examinara a Ayden. Sam incluso intentó retirarse del plan y convencer a Dean de que dejase tranquilos a su hermana y a Cas. Pero entonces Ayden se levantó por fin, después de casi dos días durmiendo, con fiebre y temblores constantes. Sam tomaba café en la cocina mientras discutía con Dean sobre si dejar o no que la bruja examinara a Ayden. La joven apareció envuelta en una manta, temblando de frío, pálida y con ojeras. Intentó servirse café pero la cabeza le daba vueltas y no acertaba a echar el café dentro de la taza. Se tambaleó, Sam corrió a cogerla en brazos... Estaba ardiendo.

-Sammy ¿Ha llamado Cas?

-Ayden céntrate en ti por un momento. No estás bien, necesitas recuperarte. Después ya buscaremos a Cas.

-No...- dijo ella intentando levantarse- Tengo que ir a buscarlo.

Ayden resbaló y volvió a caer en los brazos de Sam. Tosió y se tapó la boca con la manga de la manta, aunque Sam pudo ver claramente las manchas de sangre que intentaba ocultar.

-Tengo que ir a buscarlo...

-Pero Ayden...-protestó el otro

-Está bien. Vamos a buscarlo-interrumpió Dean ante la atónita mirada de Sam

-Pero Dean...

-Sam, Ayden tiene razón. Tenemos que encontrarlo. Cas es parte de la familia...

Ayden le sonrió a Dean. A él le costó sostenerle la mirada, odiaba tener que mentir a su hermana.

El primogénito de los Winchester llevó a Ayden en brazos hasta la parte trasera del Impala, y la arropó con una manta. La joven estaba muy débil y apenas podía caminar por si misma...

-Sam conducirá y yo iré aquí contigo ¿está bien?

-¡Gracias Dean!-dijo ella abrazando a su hermano.-Gracias por entender lo importante que es Castiel para mi- Sam y él volvieron a intercambiar una mirada de apoyo.

Conducieron de noche, guiados por el instinto de Ayden, atrofiado por la enfermedad de su cuerpo.

-Ha dejado de llamarme. Cree que aun estoy demasiado débil para ayudarlo.

-Quizá tenga razón, y debamos volver a casa-aconsejó Sam

-No, está en peligro. Lo presiento. Quiero estar con él...

-Y lo estarás, tu tranquila.-dijo Dean-Tu ahora descansa un poco, seguro que después de una buena siesta te encuentras mejor para seguir buscándolo.

Ayden agradeció el consejo de su hermano y apoyó la cabeza en su hombro para dormirse. Al cabo de un rato la joven roncaba profundamente y Dean aprovechó para volver a colocarle el trapo de cloroformo en la nariz.

-Pintaste los símbolos enoquianos que te dije- le preguntó a Sam, que asintió con la cabeza- Bien, vayamos a ver a esa bruja.

Los Winchester llegaron al lugar acordado para realizar el examen a Ayden. Dean la llevaba en brazos, mientras Sam iba bien armado con un trabuco cargado con balas de sal. Cuando llegaron, la típica iglesia abandonada que tanto le gustaban a Crowley, Rowena les saludó cálidamente, aunque los hermanos ni siquiera respondieron al saludo. La bruja y el demonio habían preparado una especie de mesa de operaciones para Ayden, y junto a ella otra mesa de madera llena de artefactos, libros e ingredientes mágicos.
Dean (Jensen Ackles) y Sam (Jared Padalecki) acuerdan
con Crowley intentar romper el vínculo de Ayden

-Rápidito- dijo Dean, colocando a Ayden sobre la mesa- Cas ha apagado Radio Ángel para que Ayden no le localizara, peor no tardará en sintonizarla de nuevo y darse cuenta de que le sucede algo.

-Eso no es problema-dijo Crowley. Se acerca a Ayden- Quítale la camisa.- Dean obedeció ante la firme orden del rey del Infierno y desvistió a la joven. Dejándola en camiseta interior.- ¿Qué le has hecho?

-A Dean le ha dado por usar cloroformo con nuestra hermana- farfulló Sam.

-¿Dean, en serio?

-Queréis dejarlo estar ya. Como vas a detener a Cas...

Crowley acercó su mano al antebrazo de Ayden, recitó unas palabras y apareció una especie de sello enoquiano en su brazo.

-Le distraerá. Castiel pensará que está dormida. Pero es temporal, así que madre... Tu faena.

El demonio se acercó a la bruja y le soltó los grilletes.

-No sufrirá daño alguno ¿verdad?-le preguntó al oído mientras le soltaba las esposas.

-Voy a examinarle el alma, por supuesto que le dolerá, va a sufrir una larga agonía mientras esté hurgando allí dentro.

Las palabras de Rowena impactaron como un torpedo en la perversa mente de Crowley. No quería verla sufrir, pero no podía mostrar ni una gota de compasión delante de la bruja de su madre.

-Como le hagas algo...- amenazó Dean cuando vio a la bruja pelirroja acercase a Ayden

-Si le hago cualquier cosa, querido, no será peor de lo que le está pasando ahora. Sino, no hubieseis recurrido a mi.

Rowena contempló el cuerpo de la joven. A pesar de la sanación de Cas, estaba destrozada, completamente pálida y con una respiración muy débil. Rowena observó el colgante que colgaba del cuello de Ayden.

-¿Qué es esto?-preguntó

-Se lo dio Cas... -explicó Sam- Al parecer ayuda a contener la energía de Ayden.-Rowena lo observó, incomprendida.- Evita que el cuerpo de Ayden haga PUM.

-Así que ves con cuidado si se lo quitas- amenazó de nuevo Dean.

-Con esto no puedo hurgar dentro de su alma.

-Está bien, quítaselo.- admitió Dean

-Quizá deberíamos plantearlo de nuevo- le detuvo Sam- Quizá si lo hablamos con Cas y con Ayden y le explicamos la situación, decidan romperlo por su cuenta.

-Ayden está demasiado enamorada de Cas como para renunciar a su vínculo, y Cas no va a destruir su fuente de poder personalizada.- miró a Rowena- Hazlo.

Rowena le quitó el colgante y lo apartó a un lado. Después realizó una serie de movimientos con las manos y pronunció unas palabras. Cogió un cuchillo y le realizó un pequeño corte en el brazo a Ayden, sin parar de recitar el hechizo, colocó el puñal empapado frente de si y lo hundió en el pecho de la joven, ante los gritos de Dean, Sam y Crowley. Inmediatamente, el demonio cogió a la mujer por los hombros y la sacudió bruscamente.

-¡Me dijiste que no le harías daño! ¡Hija de puta!

-¡Fergus! Cálmate, no le he hecho nada. Solo he abierto un pasillo hasta su alma.

Y efectivamente. Sam y Dean observaron que en la herida que Rowena le había hecho resplandecía una luz azul. La bruja se deshizo de las manos de su hijo y se dirigió a Ayden, apartó a los Winchester pasando entre ellos:

-Y ahora, si me dejáis trabajar...

Rowena hundió su mano en el interior de la herida de Ayden. La joven gritó de dolor. Sam intentó detener a la bruja, pero Dean se lo impidió colocándole una mano en el hombro.

-A ver, a ver que encontramos por aquí. Dios mío... Esto es fascinante, y esto... Lo que hay aquí dentro es una obra de arte. Las fusión de las dos gracias, la marca, el vínculo y esa extraña cosa...

-¿De que estás hablando? ¿Podrás romperlo o no?

-Si, creo que podré hacerlo. Una vez descubres su naturaleza no es tan difícil como parece. Pero será doloroso y se sentirá muy enferma una vez haya acabado. Este vínculo forma parte de ella, será como arrancarle un trozo de corazón. Se sentirá débil, y vacía. Y probablemente se notará muy extraña, al fin y al cabo, la magia aquí realizada une a Castiel y a Ayden como un solo ser...

-Así lo único que logras es que tenga más ganas de que le quites eso de dentro. Ayden volverá a ser ella, a preocuparse solo por ella y dejará de sufrir tanto por Cas. Adelante...

Rowena asintió con la cabeza, realizó más movimientos de mano y a recitar más hechizos. Introdujo la mano dentro de Ayden de nuevo, esta vez de manera más brusca por lo que la joven gritó aun más de dolor. Una luz azul empezó a brillar por los ojos y la boca de la joven, como cuando un ángel recibe su gracia. Los chicos casi se quedan ciegos ante esa poderosa luz. Y cuando esta terminó Rowena había encerrado una pequeña lucecita negra y azul en un frasco de vidrio.

-Ayden- murmuraron Sam y Dean antes de acudir prestos a atender a su hermana. Aprovechando el momento de confusión Rowena hizo una señal a Crowley y ambos desaparecieron.

*    *     *

Ayden despertó en su habitación, se sentía distinta, le dolía mucho la cabeza pero por otra parte, se sentía... aliviada. Como si se hubiese sacado un gran peso de encima. Miró a su alrededor, Sam leía un libro sentado en una silla, cerca de su cama.

-¿Sammy?

Sam apartó la vista del libro y avisó a Dean, que llegó corriendo. Sam se sentó en la cama junto a Ayden, le tomó la temperatura, ya no tenía fiebre y sus mejillas se habían sonrojado de nuevo.

-¿Cómo te encuentras?- preguntó Sam mientras no dejaba de examinarla y Ayden le apartaba las manos bruscamente.

-Bien, estoy bien. ¿Pero que ha pasado? Lo ultimo que recuerdo es que estaba luchando con Cas, me besó para que le diese mi poder y me desmayé... -Ayden se rascó el brazo y observó los restos del hechizo de Crowley, luego se palpó el cuello desesperada- ¿Qué es esto que tengo en el brazo, y dónde está mi collar? Chicos... ¿qué ha pasado?

Dean tomó asiento en una silla cerca de la cama donde estaban sus dos hermanos.

-Ya no lo vas a necesitar.

-¿Qué?-Ayden miró a Dean y a Sam respectivamente, buscando respuesta- ¿Qué quieres decir?

El mayor de los Winchester se disponía a hablar cuando Castiel apareció de repente, se abrió paso entre los hermanos, echando a Sam de la cama y abrazó a Ayden.

-Menos mal que estás bien. Que susto me habías dado, creí que te había sucedido algo...

Castiel se levantó de nuevo bruscamente y tomó a Dean por el cuello

-¡Tú! ¡Has sido a tú! ¿Qué le has hecho?

Dean no podía hablar, Castiel lo estaba asfixiando.

Ayden  se levantó de golpe y les intentó separar:

-¡Chicos! Está bien, calmaos todos y explicadme que ha pasado... Por favor.

Dean y Sam tuvieron que admitir lo que habían hecho ante la mirada de desaprobación de Cas y la decepción de Ayden.

-¿Habéis roto el vínculo?-dijo Ayden al borde del llanto- Cas...

Castiel corrió hacia Ayden, la alzó entre sus brazos y la abrazó con fuerza.

-Ayden, el vínculo me da igual, solo me preocupa que estés a salvo. En cuanto no podía encontrarte he sentido tanto miedo...

Dean y Sam intercambiaron una mirada, Castiel quería de verdad a Ayden, aunque a Dean le costase mucho aceptarlo, la amaba...

-Entonces, aunque el vínculo se haya roto, pero vosotros seguís tan felices juntos... ¿No es tan grave lo que hemos hecho, verdad?

-El vínculo es irrompible, Dean- dijo Cas encarándose con el primogénito- Mi marca está en su alma, y solo yo puedo quitarla. Lo único que ha hecho Rowena es debilitarlo, arrancándole un trozo... Un trozo muy peligroso.

-Explícate- pidió Sam

-Cuando realicé el hechizo de unión, me di cuenta de que Ayden tenía más poder del que creía. Nuestro vínculo llamaba mucho la atención porque era pura energía, y temí que alguien intentase robárselo o destruirlo, así que idee un sistema para protegerlo. Cree una barrera de protección entre el vínculo y el amuleto, para impedir que nada entrase o saliese...

-¿Saliese?-preguntó Dean mientras Cas le fulminaba con la mirada.

-La protección que cree, la elaboré a base de la maldad que había en el alma de Ayden. Todos tenemos algo de perversión en nuestro más oscuro interior, así que la reuní y la utilicé como protección del vínculo... Y ahora Rowena se la ha llevado.

-¿Quieres decir que hay un cóctel molotov de alma malvada ahí fuera y que está en manos de Rowena y Crowley?- se alarmó Dean señalando la puerta.

*   *    *

Rowena (Ruth Conell) cree que gracias al poder de Ayden
se convertirá en la bruja más poderosa de la historia.
Rowena estaba más feliz que nunca, recorría los pasillos de la corte cantando y bailando ante las sospechas de Crowley...

-Madre, ¿qué os traéis entre manos para estar así de feliz? Temo por mi integridad física y moral cuando os veo tan alegre...

-Vamos a acabar con ellos Fergus, por fin, vamos a acabar con ellos.

-¿Con quien, madre?

-Con todos hijo. Con el Aquelarre, los Winchester, los ángeles... con todos. Y será gracias a esto- Rowena mostró el frasquito que contenía el lado malvado de Ayden.

-¿Que diablos es eso?

-Ven, te lo mostraré.

La bruja pelirroja condujo a Crowley hasta sus aposentos. Allí comenzó a registrar una serie de libros y manuscritos ante un desconcertado rey.

-Me temo que hemos subestimado a ese mono con alas, es más inteligente de lo que creíamos. En fin, la obra de arte que ha hecho con el alma de Ayden Winchester, es impresionante. Y lo de la protección, sublime. Ni a mi misma se me hubiese ocurrido.

-¿De que habláis?

-Ahora lo vas a ver.

Rowena extendió uno de sus vestidos negros sobre la cama y vertió sobre él el contenido del frasquito mientras pronunciaba un hechizo. Una nube negra envolvió la sala y sobre el vestido, y ante un perplejo Crowley, apareció una joven físicamente igual que Ayden Winchester. Ella abrió los ojos y se levantó, observando a los que le rodeaban...

-Madre, ¿qué significa todo esto?

-Y aquí la tienes hijo, tu propia Ayden malvada-pronunció la otra entusiasmada- De nada.

La joven caminó por la habitación y se detuvo frente al espejo del tocador, donde comenzó a examinar su rostro...

-¿Ayden?- pronunció Crowley tartamudeando

-No- respondió ella- No soy Ayden, me llamo, me llamo Ayla- afirmó convencida

Le miró a los ojos con una mirada llena de odio. Estaba claro que ese ser, por mucho que se le pareciera, no era Ayden Winchester, no, era mucho peor.

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