(Basado en los episodios 8x02 y 8x10)
La subasta de Plutus estaba a punto de comenzar. El equipo, encabezado por Linda Tran atravesó el puente de seguridad, donde había un cartel que especificaba que "depositasen las armas aquí". A la Sra Tran la siguió Kevin, y después Sam. La alarma comenzó a pitar desesperadamente cuando cruzó Dean y tuvo que depositar la armería que escondía bajo la ropa. La mirada de vergüenza de Sam y la cara de situación de Dean provocaron que Ayden soltase una risilla nerviosa. Su hermano más mayor la cogió del brazo y la obligó a pasar bajo el arco de seguridad, que volvió a pitar de esa forma tan molesta y desagradable. La joven forzó una sonrisa.
Dean y Ayden comenzaron a sacar armas de su ropa. La menor de los Winchester se quitó la cazadora y dejó al descubierto cuatro pistolas, se sacó un cuchillo de la bota y un trabuco de la espalda. Dean sacó cuchillos afilados y estacas de todas las partes de su cuerpo y también alguna que otra arma de fuego. Finalmente solo les quedaba una cosa: El hermano mayor sostenía entre sus manos el cuchillo de Ruby, mientras que Ayden acariciaba con la yema de los dedos la espada de Gabriel, se miraron apenados y depositaron sus armas a la vez. Dean miró al Señor Cacahuete:
-Volveremos a por esto.-le aseguró.
* * *
-Hay que pasar al plan B-proclamó Sam al darse cuenta de que Plutus había colocado un espejo frente a la Palabra de Dios para que Kevin no la leyese. Y comenzó a recolectar el dinero que tenían entre todos. Desde su vuelta, Ayden no se había separado ni un momento de Sam... lo había echado demasiado de menos, y a pesar de que Dean no le perdonase que no hubiese intentado traerlos de vuelta, a la muchacha parecía no importarle, solo quería estar de nuevo con su hermano. Pero en ese instante, Ayden se distrajo y se apartó de Sam un instante para observar un enorme martillo de plata que había en una de las vitrinas. Dean también permaneció unos instantes más en la sala, observando el rostro infantilizado de su hermana y sus curiosos ojos verdes, examinar el martillo.
"De repente estaban de vuelta en el Purgatorio, Dean podía ver claramente a Ayden, manchada de barro y sangre. Algunos mechones de cabello rubio se le pegaban a la frente por el sudor y de tan fuerte que sujetaba el mango de su improvisado cuchillo que de su puño brotaba un hijo de líquido rojo. Pero lo que más asustó a Dean fueron sus ojos: tenía el rostro desencajado, y los brillantes ojos verdes abiertos como platos, irradiando ira, sed de venganza, odio... Ese lugar tenía algo, los hacía sentirse tan libres, tan puros... Con su cuchillo apuntaba el cuello de un vampiro que tenía acorralado contra el tronco de un árbol grueso. Su hermano hizo ademán de ir a socorrerla, pero Benny se lo
impidió:
-Eso es cosa suya, hermano, déjala que sienta, que se empape de la esencia del Purgatorio...
-¿Dónde está?-preguntó Ayden sacudiendo los hombros de su víctima-¿Qué te ocurre? ¿Acaso eres sordo? ¿Te he preguntado que dónde estás?
Hundió la punta de su cuchillo en la garganta del vampiro, y éste dejó escapar un alarido de dolor.
-Te responda o no, me vas a matar igual...-se rió de ella. Ayden no toleraba que se burlasen de ella, rápida como un rayo se realizó un corte en la palma de la mano y lo colocó en la boca del monstruo, obligándolo a tragar su sangre...
Que inteligente...-pensó Dean-Técnicamente estamos muertos, así que su sangre es como veneno para ese bicho...
El vampiro tragó tanta sangre que terminó tumbado en el suelo, suplicando que parase... Ayden le dio una patada en el estómago y alzó su rostro, sucio de barro, por la solapa de la chaqueta. El vampiro se estremeció de terror cuando vio los ojos de la joven...
-¡Te lo voy a repetir por última vez! ¿Dónde está el ángel?
-En el río, en el río...-gimoteó el monstruo-siguiendo el río, a tres días de marcha encontraréis un claro... Vuestro ángel está allí..
Ayden lo soltó violentamente y éste suspiró aliviado. Se dirigió a Dean y a Benny:
-¡Andando!-ordenó antes de coger su cuchillo y cortarle la cabeza a su prisionero."
* * *
Dean seguía pensando en esa mirada de Ayden cuando un brazo agarró violentamente a la joven y la arrastró hacia un rincón. El hermano mayor se sobresaltó, gritó su nombre y corrió tras ella. Ayden estaba con un chico: joven, rubio y vestido de vendedor de perritos calientes. La había acorralado contra la pared y la estaba besando. Ayden notó como un subidón de energía recorría su espina dorsal, le atravesaba el paladar y salía por su boca para acabar en el cuerpo del recién llegado.
-¡Ayden!-gritó Dean, pero ella pareció no escucharlo.
El joven la sujetaba delicadamente por las caderas, y desprendía un aura confortable y protectora. Ayden palpó su pecho, como si no se creyese lo que estaba pasando. Después le acarició las mejillas y los pómulos, y no pudo evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas. Ambos sonrieron:
-Samandriel...-susurró contenta. El joven asintió con la cabeza mientras ella le rodeaba el cuello con los brazos y lo abrazaba con fuerza-¡Cuánto me alegro de verte! ¿Qué haces aquí?
-¿Chicos?-Dean intentó introducirse en la conversación-¿Alguien puede decirme qué está ocurriendo aquí?
-Lo siento...-dijo Ayden sin dejar de sonreír.
"Hacía mucho tiempo que no sonreía..."-suspiró Dean para si.
-Dean, este es Samandriel, Samandriel él es...
-Dean Winchester...-exclamó el joven acercándose al Winchester.
-¿Eres un ángel?-preguntó el otro.
-Samandriel es amigo de Cas...-Ayden se acercó a los dos hombres-me lo presentó cuando me adiestraba, son de la misma guarnición, estuvo a su lado en la batalla contra Raphael y bueno, en fin...-Ayden no podía parar de sonreír mientras lo miraba con los ojos llenos de orgullo-Siempre ha estado a su lado...
El ángel también sonrió a Ayden. Dean sospechaba que hubiese algo entre ellos, pero no podía ser posible, Ayden siempre le sería fiel a Cas...
-Saman... Dejemos-lo en Alfie,-dijo el cazador al leer su placa de vendedor de perritos calientes-¿Qué has venido a hacer aquí? ¿Y por qué vas vestido de vendedor de perritos calientes?
El ángel movió sus pupilas.
-En tan poco tiempo no he podido encontrar un recipiente mejor... Y estoy aquí para lo mismo que vosotros: proteger y recuperar la Palabra de Dios... Pero antes, me gustaría haceros una pregunta-Dean agarró sutilmente a Ayden del brazo y la colocó junto a él, con sus manos protectoras agarrándole los hombros-¿qué pasó con Castiel?
Dean y Ayden se miraron entristecidos:
"Tal y como dijo el vampiro, a tres días de camino siguiendo el río, había un claro: Ayden fue la primera en distinguir al hombre con gabardina que se limpiaba la cara llena de costras. Corrió por el empinado camino de tierra, se resbaló, cayó al suelo y se volvió a levantar rápida como un rayo. El hombre se puso de pie y ella gritó su nombre:
-¡Cas! ¡Cas!- al ángel no le dio tiempo a reaccionar, ella saltó sobre él y le rodeó el cuello con los brazos, él no reaccionó-Creí que no volvería a verte.-en sus ojos había un brillo especial.
-Ayden...-dijo él sin apenas creerse lo que estaba sucediendo.
-Te veo bien amigo-gritó Dean-bonita pelusa...-señaló refiriéndose a la barba que se había dejado.
-Dean...-el otro también lo abrazó ante la pasividad del otro- ¿cómo me habéis encontrado?
-Es una larga historia...-respondió Dean-pero tranquilo, nos vamos a casa... Benny dice que hay una puerta de atrás para humanos. Nos vamos a casa.
-No sabemos si el ángel podrá cruzar...-aclaró el vampiro
-Lo averiguaremos-respondió el mayor de los Winchester molesto
-No se Dean, piénsalo... Quizá él no quería que lo encontraseis...
-¡Eso no es cierto!-protesto Ayden-Di que no Cas, di que te rodearon y no te quedó otro remedio que escapar...
-Ayden...-suspiró el otro, acariciándole la mejilla con la yema de los dedos, comprobando que la joven era real y no uno de esos tantos sueños que había tenido con ella en los últimos meses.
La chica le sujetó la mano y se le llenaron los ojos de lágrimas...
-¡Dilo!-Castiel negó suavemente con la cabeza, decepcionado-¡Maldita sea Cas! Dilo, no quiero que me digas que huiste de nosotros: de tu familia... Podríamos haber vencido a los monstruos juntos...
-¡No eran monstruos Ayden!-le reprochó el otro muy enfadado-¡Eran leviatanes! Tenía que guiarlos lejos de vosotros... Si te llegasen a lastimar, no me lo perdonaría en la vida...-Ayden apartó bruscamente la mano de Cas de su rostro y buscó refugio en los brazos de Benny. Ella había sentido la presencia de los leviatanes mientras lo buscaba, por eso se desvió de su camino y se topó con Dean y el vampiro.
Dean observó como Ayden intentaba no llorar, pero alguna lágrima resbaló por su mejilla y se fundió con la corriente del río. Benny estaba a su lado, acariciándole los hombros, paternal... El mayor de los Winchester colocó su mano en la espalda de Castiel y le habló claro:
-¿Quieres saber lo que hizo Ayden cuando te marchaste? Huyó, fue a buscarte, peleó contra todo tipo de monstruos, de una manera en la que si la vieses, te asustaría, pero ella no iba a marcharse de aquí sin ti Cas, y no lo va hacer... Por muy enfadada que esté si ahora mismo decidiésemos marcharnos ella se quedaría aquí, sentada, a tu lado, no te hablaría en una semana porque es tozuda como una mula, pero no se movería de tu lado... Porque te ama Cas, me duele admitirlo, pero te ama con toda su alma... Y se que tu también la quieres, y que harías cualquier cosa para mantenerla a salvo, pues bien, escúchame: la única manera de que Ayden esté sana y salva es mandarla de vuelta a casa, así que ya estás moviendo tu culito alado hacia la dirección que indica el vampiro, porque Ayden no se va a mover de aquí sin ti, ni yo tampoco... ¿Queda claro?
Castiel miró a Ayden un instante, se secaba las lágrimas con la manga de la chaqueta, ella también había estado escuchando la charla de Dean y le lanzó una hermosa mirada...
-¿Queda claro?-repitió Dean.
-Sí...-asintió el otro."
-Cuando nos cargamos a Dick Roman, su honda expansiva nos mandó a Cas, a Ayden y a mi en un billete de ida al Purgatorio...
-¿Pero vosotros escapasteis?-preguntó el joven atónito ante las palabras de Dean-¿Escapó él? Hay algunos en el Cielo que a pesar de todo siguen creyendo en él...-sus ojos grises irradiaban esperanza...
Ayden hizo lo imposible por contenerse las lágrimas. Dean le frotó los hombros para consolarla, y ella agradeció el gesto con una caricia...
-Él no sobrevivió...-dijo con la voz entrecortada-El Purgatorio fue demasiado para él... Pero luchó con todas sus fuerzas hasta el final...
Samandriel se apiadó de ella y le apartó las manos de la cara, que se las había cubierto para evitar que la viese llorar...
-Se que le querías Ayden, se que le querías mucho ¿pero sabes la mejor parte? él te quería más que a su propia vida...
-No.-respondió ella en un tono muy firme y la mirada fija en las sucias racholas grises-Esa fue la peor parte...
Se formó un silencio incómodo. Ayden ya no lloraba, pero Dean reconocía esa mirada de odio, ira, que había experimentado en el Purgatorio... Ya no se sentía tan pura, ni tan limpia, ahora el rencor se apoderaba de su ser. El sabor de la venganza le invadió la boca, alguien pagaría la muerte de Cas y, por primera vez, Dean temió que su dulce hermanita menor hiciese alguna locura...
-¿Tú eras uno de ellos?-preguntó al final para romper el hielo.
-Yo siempre he pensado que el mayor problema de Castiel era su gran corazón...-y miró a Ayden, que entendía perfectamente a lo que se refería...
* * *
Aquellas palabras de su querido amigo Samandriel aún resonaban en su mente cuando llegó jadeante a aquel lugar y vio aquella horrible imagen. El cuerpo de Alfie estaba apoyado contra el Impala, con Castiel acuclillado a su lado, su frente acariciaba dulcemente el cabello del joven ángel. Detrás de si, escuchó los pasos de sus hermanos acercándose al trote.
-¡Cas! ¿Qué ha pasado?-preguntó Dean al ver el cadáver de Samandriel cubierto de sangre y su espada manchada en su mano.
-Crowley debió tocar algún engranaje de más, intentó atacarme, me defendí y sin querer lo maté...
-Samandriel era bueno...-logró pronunciar Ayden, jadeando por la carrera, aunque tan bajito que ni sus hermanos ni Cas, llegaron a oírla...
-Tengo que llevar los restos de Samandriel al Cielo, para que puedan ver hasta donde llegó Crowley-Y desapareció.
Ayden tenía ahora más presentes las palabras de su amigo alado. Ella había llegado antes que Sam y Dean, y había visto demasiado. Samandriel no había intentado atacar a Cas, solo quería decirle algo, pero él no le dejó y acabó con él a sangre fría. ¡Eran amigos! ¿Cómo había podido? El Castiel que ella conocía lo habría permitido, por mucho que lo atacase, hubiese hecho todo lo posible por defenderse sin tener que matarlo, pero ni siquiera se había dignado a escucharlo, no le había dado ni la oportunidad, simplemente, lo había matado...
No recordaba haber sido tan feliz como el día en que bajó por las escaleras de la cabaña y se encontró a Cas, vivo, sucio y maloliente, pero vivo. Él la saludó con un seco "Hola Ayden", pero en cuanto ella llegó a su lado se fundieron en un interminable abrazo, Castiel le acarició el cabello, los labios y le secó las lágrimas de los ojos con la yema de los dedos. Quería tocarla, palpar cada centímetro de su cuerpo, asegurarse de que estaba con ella por fin, después de todo lo que habían pasado, volvían a estar juntos. Le susurró al oído con la voz más dulce que jamás había escuchado: "Te he echado tanto de menos..." Pero ese ya no era Castiel, no era el hombre del que se había enamorado, ese había muerto en el Purgatorio cuando se soltó de su mano. Lo sentía más lejos que nunca, como si el Vínculo que les unía se hubiese roto. El ángel que acababa de tener delante era un extraño, un monstruo sin escrúpulos que llevaba los tristes ojos de Cas... Pero eso iba a cambiar, no iba a permitir que ese ser fuese haciendo el mal con la cara de su querido ángel. "No voy a permitir que ese impostor vaya matando gente con la cara de Cas, no se lo merece-recordó como Samandriel se refería a él como el ángel del gran corazón y como habían dado la vida el uno por el otro siempre que había hecho falta-juro por mis hermanos que la próxima vez que le vea; acabaré con él aunque me cueste mi propia vida"
La subasta de Plutus estaba a punto de comenzar. El equipo, encabezado por Linda Tran atravesó el puente de seguridad, donde había un cartel que especificaba que "depositasen las armas aquí". A la Sra Tran la siguió Kevin, y después Sam. La alarma comenzó a pitar desesperadamente cuando cruzó Dean y tuvo que depositar la armería que escondía bajo la ropa. La mirada de vergüenza de Sam y la cara de situación de Dean provocaron que Ayden soltase una risilla nerviosa. Su hermano más mayor la cogió del brazo y la obligó a pasar bajo el arco de seguridad, que volvió a pitar de esa forma tan molesta y desagradable. La joven forzó una sonrisa.
Dean y Ayden comenzaron a sacar armas de su ropa. La menor de los Winchester se quitó la cazadora y dejó al descubierto cuatro pistolas, se sacó un cuchillo de la bota y un trabuco de la espalda. Dean sacó cuchillos afilados y estacas de todas las partes de su cuerpo y también alguna que otra arma de fuego. Finalmente solo les quedaba una cosa: El hermano mayor sostenía entre sus manos el cuchillo de Ruby, mientras que Ayden acariciaba con la yema de los dedos la espada de Gabriel, se miraron apenados y depositaron sus armas a la vez. Dean miró al Señor Cacahuete:
-Volveremos a por esto.-le aseguró.
* * *
-Hay que pasar al plan B-proclamó Sam al darse cuenta de que Plutus había colocado un espejo frente a la Palabra de Dios para que Kevin no la leyese. Y comenzó a recolectar el dinero que tenían entre todos. Desde su vuelta, Ayden no se había separado ni un momento de Sam... lo había echado demasiado de menos, y a pesar de que Dean no le perdonase que no hubiese intentado traerlos de vuelta, a la muchacha parecía no importarle, solo quería estar de nuevo con su hermano. Pero en ese instante, Ayden se distrajo y se apartó de Sam un instante para observar un enorme martillo de plata que había en una de las vitrinas. Dean también permaneció unos instantes más en la sala, observando el rostro infantilizado de su hermana y sus curiosos ojos verdes, examinar el martillo.
"De repente estaban de vuelta en el Purgatorio, Dean podía ver claramente a Ayden, manchada de barro y sangre. Algunos mechones de cabello rubio se le pegaban a la frente por el sudor y de tan fuerte que sujetaba el mango de su improvisado cuchillo que de su puño brotaba un hijo de líquido rojo. Pero lo que más asustó a Dean fueron sus ojos: tenía el rostro desencajado, y los brillantes ojos verdes abiertos como platos, irradiando ira, sed de venganza, odio... Ese lugar tenía algo, los hacía sentirse tan libres, tan puros... Con su cuchillo apuntaba el cuello de un vampiro que tenía acorralado contra el tronco de un árbol grueso. Su hermano hizo ademán de ir a socorrerla, pero Benny se lo
Dean observa asustado como Ayden tortura a un monstruo en el Purgatorio |
-Eso es cosa suya, hermano, déjala que sienta, que se empape de la esencia del Purgatorio...
-¿Dónde está?-preguntó Ayden sacudiendo los hombros de su víctima-¿Qué te ocurre? ¿Acaso eres sordo? ¿Te he preguntado que dónde estás?
Hundió la punta de su cuchillo en la garganta del vampiro, y éste dejó escapar un alarido de dolor.
-Te responda o no, me vas a matar igual...-se rió de ella. Ayden no toleraba que se burlasen de ella, rápida como un rayo se realizó un corte en la palma de la mano y lo colocó en la boca del monstruo, obligándolo a tragar su sangre...
Que inteligente...-pensó Dean-Técnicamente estamos muertos, así que su sangre es como veneno para ese bicho...
El vampiro tragó tanta sangre que terminó tumbado en el suelo, suplicando que parase... Ayden le dio una patada en el estómago y alzó su rostro, sucio de barro, por la solapa de la chaqueta. El vampiro se estremeció de terror cuando vio los ojos de la joven...
-¡Te lo voy a repetir por última vez! ¿Dónde está el ángel?
-En el río, en el río...-gimoteó el monstruo-siguiendo el río, a tres días de marcha encontraréis un claro... Vuestro ángel está allí..
Ayden lo soltó violentamente y éste suspiró aliviado. Se dirigió a Dean y a Benny:
-¡Andando!-ordenó antes de coger su cuchillo y cortarle la cabeza a su prisionero."
* * *
Dean seguía pensando en esa mirada de Ayden cuando un brazo agarró violentamente a la joven y la arrastró hacia un rincón. El hermano mayor se sobresaltó, gritó su nombre y corrió tras ella. Ayden estaba con un chico: joven, rubio y vestido de vendedor de perritos calientes. La había acorralado contra la pared y la estaba besando. Ayden notó como un subidón de energía recorría su espina dorsal, le atravesaba el paladar y salía por su boca para acabar en el cuerpo del recién llegado.
-¡Ayden!-gritó Dean, pero ella pareció no escucharlo.
El joven la sujetaba delicadamente por las caderas, y desprendía un aura confortable y protectora. Ayden palpó su pecho, como si no se creyese lo que estaba pasando. Después le acarició las mejillas y los pómulos, y no pudo evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas. Ambos sonrieron:
-Samandriel...-susurró contenta. El joven asintió con la cabeza mientras ella le rodeaba el cuello con los brazos y lo abrazaba con fuerza-¡Cuánto me alegro de verte! ¿Qué haces aquí?
-¿Chicos?-Dean intentó introducirse en la conversación-¿Alguien puede decirme qué está ocurriendo aquí?
-Lo siento...-dijo Ayden sin dejar de sonreír.
"Hacía mucho tiempo que no sonreía..."-suspiró Dean para si.
-Dean, este es Samandriel, Samandriel él es...
-Dean Winchester...-exclamó el joven acercándose al Winchester.
-¿Eres un ángel?-preguntó el otro.
-Samandriel es amigo de Cas...-Ayden se acercó a los dos hombres-me lo presentó cuando me adiestraba, son de la misma guarnición, estuvo a su lado en la batalla contra Raphael y bueno, en fin...-Ayden no podía parar de sonreír mientras lo miraba con los ojos llenos de orgullo-Siempre ha estado a su lado...
El ángel también sonrió a Ayden. Dean sospechaba que hubiese algo entre ellos, pero no podía ser posible, Ayden siempre le sería fiel a Cas...
-Saman... Dejemos-lo en Alfie,-dijo el cazador al leer su placa de vendedor de perritos calientes-¿Qué has venido a hacer aquí? ¿Y por qué vas vestido de vendedor de perritos calientes?
El ángel movió sus pupilas.
-En tan poco tiempo no he podido encontrar un recipiente mejor... Y estoy aquí para lo mismo que vosotros: proteger y recuperar la Palabra de Dios... Pero antes, me gustaría haceros una pregunta-Dean agarró sutilmente a Ayden del brazo y la colocó junto a él, con sus manos protectoras agarrándole los hombros-¿qué pasó con Castiel?
Dean y Ayden se miraron entristecidos:
"Tal y como dijo el vampiro, a tres días de camino siguiendo el río, había un claro: Ayden fue la primera en distinguir al hombre con gabardina que se limpiaba la cara llena de costras. Corrió por el empinado camino de tierra, se resbaló, cayó al suelo y se volvió a levantar rápida como un rayo. El hombre se puso de pie y ella gritó su nombre:
-¡Cas! ¡Cas!- al ángel no le dio tiempo a reaccionar, ella saltó sobre él y le rodeó el cuello con los brazos, él no reaccionó-Creí que no volvería a verte.-en sus ojos había un brillo especial.
-Ayden...-dijo él sin apenas creerse lo que estaba sucediendo.
Castiel en el Purgatorio |
-Te veo bien amigo-gritó Dean-bonita pelusa...-señaló refiriéndose a la barba que se había dejado.
-Dean...-el otro también lo abrazó ante la pasividad del otro- ¿cómo me habéis encontrado?
-Es una larga historia...-respondió Dean-pero tranquilo, nos vamos a casa... Benny dice que hay una puerta de atrás para humanos. Nos vamos a casa.
-No sabemos si el ángel podrá cruzar...-aclaró el vampiro
-Lo averiguaremos-respondió el mayor de los Winchester molesto
-No se Dean, piénsalo... Quizá él no quería que lo encontraseis...
-¡Eso no es cierto!-protesto Ayden-Di que no Cas, di que te rodearon y no te quedó otro remedio que escapar...
-Ayden...-suspiró el otro, acariciándole la mejilla con la yema de los dedos, comprobando que la joven era real y no uno de esos tantos sueños que había tenido con ella en los últimos meses.
La chica le sujetó la mano y se le llenaron los ojos de lágrimas...
-¡Dilo!-Castiel negó suavemente con la cabeza, decepcionado-¡Maldita sea Cas! Dilo, no quiero que me digas que huiste de nosotros: de tu familia... Podríamos haber vencido a los monstruos juntos...
-¡No eran monstruos Ayden!-le reprochó el otro muy enfadado-¡Eran leviatanes! Tenía que guiarlos lejos de vosotros... Si te llegasen a lastimar, no me lo perdonaría en la vida...-Ayden apartó bruscamente la mano de Cas de su rostro y buscó refugio en los brazos de Benny. Ella había sentido la presencia de los leviatanes mientras lo buscaba, por eso se desvió de su camino y se topó con Dean y el vampiro.
Dean observó como Ayden intentaba no llorar, pero alguna lágrima resbaló por su mejilla y se fundió con la corriente del río. Benny estaba a su lado, acariciándole los hombros, paternal... El mayor de los Winchester colocó su mano en la espalda de Castiel y le habló claro:
-¿Quieres saber lo que hizo Ayden cuando te marchaste? Huyó, fue a buscarte, peleó contra todo tipo de monstruos, de una manera en la que si la vieses, te asustaría, pero ella no iba a marcharse de aquí sin ti Cas, y no lo va hacer... Por muy enfadada que esté si ahora mismo decidiésemos marcharnos ella se quedaría aquí, sentada, a tu lado, no te hablaría en una semana porque es tozuda como una mula, pero no se movería de tu lado... Porque te ama Cas, me duele admitirlo, pero te ama con toda su alma... Y se que tu también la quieres, y que harías cualquier cosa para mantenerla a salvo, pues bien, escúchame: la única manera de que Ayden esté sana y salva es mandarla de vuelta a casa, así que ya estás moviendo tu culito alado hacia la dirección que indica el vampiro, porque Ayden no se va a mover de aquí sin ti, ni yo tampoco... ¿Queda claro?
Castiel miró a Ayden un instante, se secaba las lágrimas con la manga de la chaqueta, ella también había estado escuchando la charla de Dean y le lanzó una hermosa mirada...
-¿Queda claro?-repitió Dean.
-Sí...-asintió el otro."
-Cuando nos cargamos a Dick Roman, su honda expansiva nos mandó a Cas, a Ayden y a mi en un billete de ida al Purgatorio...
-¿Pero vosotros escapasteis?-preguntó el joven atónito ante las palabras de Dean-¿Escapó él? Hay algunos en el Cielo que a pesar de todo siguen creyendo en él...-sus ojos grises irradiaban esperanza...
Ayden hizo lo imposible por contenerse las lágrimas. Dean le frotó los hombros para consolarla, y ella agradeció el gesto con una caricia...
-Él no sobrevivió...-dijo con la voz entrecortada-El Purgatorio fue demasiado para él... Pero luchó con todas sus fuerzas hasta el final...
Samandriel se apiadó de ella y le apartó las manos de la cara, que se las había cubierto para evitar que la viese llorar...
-Se que le querías Ayden, se que le querías mucho ¿pero sabes la mejor parte? él te quería más que a su propia vida...
-No.-respondió ella en un tono muy firme y la mirada fija en las sucias racholas grises-Esa fue la peor parte...
Se formó un silencio incómodo. Ayden ya no lloraba, pero Dean reconocía esa mirada de odio, ira, que había experimentado en el Purgatorio... Ya no se sentía tan pura, ni tan limpia, ahora el rencor se apoderaba de su ser. El sabor de la venganza le invadió la boca, alguien pagaría la muerte de Cas y, por primera vez, Dean temió que su dulce hermanita menor hiciese alguna locura...
-¿Tú eras uno de ellos?-preguntó al final para romper el hielo.
-Yo siempre he pensado que el mayor problema de Castiel era su gran corazón...-y miró a Ayden, que entendía perfectamente a lo que se refería...
* * *
Aquellas palabras de su querido amigo Samandriel aún resonaban en su mente cuando llegó jadeante a aquel lugar y vio aquella horrible imagen. El cuerpo de Alfie estaba apoyado contra el Impala, con Castiel acuclillado a su lado, su frente acariciaba dulcemente el cabello del joven ángel. Detrás de si, escuchó los pasos de sus hermanos acercándose al trote.
-¡Cas! ¿Qué ha pasado?-preguntó Dean al ver el cadáver de Samandriel cubierto de sangre y su espada manchada en su mano.
Castiel vela el cuerpo de Samandriel, al que acaba de acuchillar. |
-Crowley debió tocar algún engranaje de más, intentó atacarme, me defendí y sin querer lo maté...
-Samandriel era bueno...-logró pronunciar Ayden, jadeando por la carrera, aunque tan bajito que ni sus hermanos ni Cas, llegaron a oírla...
-Tengo que llevar los restos de Samandriel al Cielo, para que puedan ver hasta donde llegó Crowley-Y desapareció.
Ayden tenía ahora más presentes las palabras de su amigo alado. Ella había llegado antes que Sam y Dean, y había visto demasiado. Samandriel no había intentado atacar a Cas, solo quería decirle algo, pero él no le dejó y acabó con él a sangre fría. ¡Eran amigos! ¿Cómo había podido? El Castiel que ella conocía lo habría permitido, por mucho que lo atacase, hubiese hecho todo lo posible por defenderse sin tener que matarlo, pero ni siquiera se había dignado a escucharlo, no le había dado ni la oportunidad, simplemente, lo había matado...
No recordaba haber sido tan feliz como el día en que bajó por las escaleras de la cabaña y se encontró a Cas, vivo, sucio y maloliente, pero vivo. Él la saludó con un seco "Hola Ayden", pero en cuanto ella llegó a su lado se fundieron en un interminable abrazo, Castiel le acarició el cabello, los labios y le secó las lágrimas de los ojos con la yema de los dedos. Quería tocarla, palpar cada centímetro de su cuerpo, asegurarse de que estaba con ella por fin, después de todo lo que habían pasado, volvían a estar juntos. Le susurró al oído con la voz más dulce que jamás había escuchado: "Te he echado tanto de menos..." Pero ese ya no era Castiel, no era el hombre del que se había enamorado, ese había muerto en el Purgatorio cuando se soltó de su mano. Lo sentía más lejos que nunca, como si el Vínculo que les unía se hubiese roto. El ángel que acababa de tener delante era un extraño, un monstruo sin escrúpulos que llevaba los tristes ojos de Cas... Pero eso iba a cambiar, no iba a permitir que ese ser fuese haciendo el mal con la cara de su querido ángel. "No voy a permitir que ese impostor vaya matando gente con la cara de Cas, no se lo merece-recordó como Samandriel se refería a él como el ángel del gran corazón y como habían dado la vida el uno por el otro siempre que había hecho falta-juro por mis hermanos que la próxima vez que le vea; acabaré con él aunque me cueste mi propia vida"
¡Wow, wow, wow! Que me dio en lo profundo del mio cuore :,D
ResponderEliminarMe encantó <3 Espero por más :DDDD
¡Un abrazo!
Bye!
Gracias Roxana! Siempre es un placer leer algún comentario tuyo!!! :)
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